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Caso 99

Tengo rencor en mi corazón hacia mi padrastro y hacia mi mamá, y ese es un peso para mi conciencia. Desde pequeña, crecí creyendo que mi mamá dedicaba más atención, cuidado y amor a mi padrastro que a mi hermana y a mí. Realmente pienso que nos descuidó mucho y [que me maltrató] muchas veces. Porque [cuando] yo tenía unos siete años, [ella] me enviaba a vender dulces en la calle.... [Yo] no quería ir, pero ella me obligaba....

A pesar de que [mi padrastro] nunca nos hizo nada a nosotras... él es una persona muy iracunda que grita y ofende a mi mamá. [Eso me generó] un gran rencor.... Deseo firmemente perdonar y ser perdonada por ellos, y olvidar y restaurar mi corazón.... Han sido muchos años con ese peso encima.

Consejo

Estimada amiga:

En la gran mayoría de los casos, es difícil incorporar a un padrastro o a una madrastra a una familia. El nuevo matrimonio exige mucho esfuerzo para que tenga éxito, y los hijos con frecuencia sienten que se les ha puesto a un lado. En mi caso en particular, recuerdo haber guardado resentimiento contra mi padrastro. Sentía que mi mamá nos debía la mayor lealtad a nosotros sus hijos, ya que formamos parte de su vida antes que él. Sentía que mi padrastro estaba interfiriendo en nuestra familia y que él no pertenecía a ella. Y cuando mi mamá se casó por tercera vez, a pesar de que yo ya era adulta, sentí que su nuevo esposo era un intruso.

Ahora que soy mayor de edad, comprendo que mi mamá era una de esas mujeres que no saben cómo sobrevivir sin un hombre en su vida. Ella no tenía la fuerza emocional necesaria para lograrlo. Otras mujeres tal vez quieren volver a casarse en parte debido a que no ganan suficiente dinero para el sustento de sus hijos. Le convendría a usted ponerse en el lugar de su mamá y considerar por qué volvió a casarse con un hombre que ni siquiera la trataba bien. ¿Qué debilidad en ella hizo que le diera más prioridad a ese hombre que a sus propios hijos?

Una vez que usted reconozca que su mamá era una mujer débil, podrá comenzar a perdonarla. En cuanto a su padrastro, si usted considera el pasado de él, tal vez reconozca que el enojo que él manifiesta es producto de experiencias negativas que él ha tenido. Esto de ninguna manera justifica la conducta de él, pero a usted le resultará más fácil perdonarlo.

Tiene usted razón al querer perdonar. El rencor y el resentimiento le hacen mucho más daño a usted que a ellos. Jesucristo le dijo al apóstol Pedro que él debía estar dispuesto a perdonar una y otra vez, repetidas veces.1 Eso no quiere decir que vamos a poder olvidar o a estar contentos con lo que se nos hizo. Y tampoco quiere decir que debemos permitir jamás que vuelva a suceder. Pero sí quiere decir que debemos deshacernos de la carga emocional que nos está abrumando.

Así que le sugiero que haga la siguiente oración en voz alta: «Señor, perdono a mi mamá. Perdono a mi padrastro. Y cedo el derecho que tengo de guardarles rencor.» Cada vez que se acuerde, repita esa oración. Imagínese a sí misma entregándole esa carga a Dios. Y luego pídale que le ayude a decirlo de todo corazón.

Puede confiar en que Dios la ayudará.

Linda
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1 Mt 18:22

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