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Caso 192

Soy un joven de treinta años, y estoy enamorado de una joven.... Hace años, me enteré por un tío de ella que de niña fue violada; pero en estos días que le declaré mi amor, ella misma me confesó que la ultrajó un pariente de la familia durante casi cuatro años y, entrando a la adolescencia, quedó embarazada y fue llevada por la familia a abortar. ¡La amo por quién es y por sus logros, pero algo así no me lo esperaba! Me siento honrado por su confianza para contarme esto, pero me da rabia lo que sucedió. Ayúdenme. ¿Cómo debo actuar?

Consejo

Estimado amigo:

¡Lo felicito! Usted es un hombre al que otros hombres debieran imitar. Tiene la madurez necesaria para comprender que su novia fue la víctima de un delito y que no era responsable de nada de lo que sufrió. Usted tuvo la sabiduría y la sensibilidad de responder apropiadamente a la confesión de ella, y esas cualidades suyas sin duda son la razón por la que ella confía en usted al grado de contarle acerca de esa horrible maldad de la que fue víctima.

Usted quiere saber cómo debe proceder. Lo más importante es que siga haciendo lo mismo que ha hecho hasta ahora. Asegúrele que lo que le sucedió no cambia los pensamientos ni los sentimientos que usted tiene acerca de ella. Con frecuencia las mujeres que han sido violadas carecen de amor propio, y se sienten inseguras, así que ella pudiera necesitar que usted la tranquilice repetidas veces, asegurándole que todo está bien, antes de que pueda creer en la sinceridad de sus palabras.

Usted no dice que a su novia le cueste trabajo acercársele, tomarlo de la mano o dejar que usted la toque con ternura. A estas alturas de su noviazgo, habría razón para que se preocupara si eso fuera difícil para ella. Sin embargo, si deciden casarse, le recomendamos que su novia consulte con un médico en cuanto a sentimientos o reacciones negativas que ella pudiera tener con relación a la intimidad física. La paciencia y la comprensión que usted muestre le serán muy valiosos para que logre vencer cualquier obstáculo.

La rabia que usted tiene se justifica. ¡Por supuesto que está enojado con el que le hizo eso a la persona a la que usted ama! Esperamos que la familia de su novia haya denunciado la violación tan pronto como se enteraron, y que el autor del delito esté sufriendo el castigo por lo que hizo. De no ser así, lo animamos a que denuncie a ese hombre y se asegure así de que él no pueda hacerle daño a ninguna otra niña. Las familias que encubren esta clase de abuso están equivocadas, por no decir algo peor. Una maniobra para encubrir el asunto puede impedir que una niña sienta amor o apoyo, y contribuir más bien a que se sienta aislada e indigna.

Cuando a la hija del rey David de Israel la violó su propio hermano, David, su padre, aunque estaba furioso, no le impuso ningún castigo a su hijo.1 Como rey, David tenía la responsabilidad de censurar la conducta de su hijo y de imponerle un castigo apropiado. Pero el rey David dejó que el amor por su hijo se interpusiera a tal grado que no hizo lo debido. En el caso de la novia de usted, si la familia de ella ha dejado que el amor por ese pariente influya en su manera de proceder, de modo que no han hecho ninguna denuncia de lo sucedido, usted puede ser la persona que respalde a su novia y la proteja (y proteja también a otras niñas) al denunciar este delito ante las autoridades competentes.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 2S 13

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