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Caso 508

Hace tres años conocí a mi mujer, la cual tiene dos hijas. No sé realmente qué me llevó a cometer el peor error de mi vida. Sin pensar, me dejé llevar por las travesuras de una de las niñas, y me atreví a tocarla [de manera indebida]. Eso resultó en un grave problema... pues estuve a punto de ir a la cárcel, acusado de violación. Es una niña de nueve años.... Mi mujer y yo tuvimos una hija y, [por] todo esto que yo hice, mi mujer y mi hija están separadas [de mí].

Hace unos meses busqué a Dios y le pedí perdón por lo que pasó; pero mi [sentido de culpa] no me deja tranquilo y, por más que quiero sentir la presencia de Dios en mi corazón y saber que Él me ha perdonado, no lo siento.... Si esto me lleva a la cárcel, lo aceptaré [resignado], ya que no puedo ser feliz.... ¡Estoy muy arrepentido!

Consejo

Estimado amigo:

Nos alegra que le haya pedido perdón a Dios y que desee tener una relación personal con Él. No hay ningún pecado tan terrible como para que Dios no lo perdone. Pero más vale que reconozca que, si bien Dios perdona las consecuencias eternas, Él no nos libra de las consecuencias naturales.

Usted pecó contra Dios, pero también pecó contra una inocente niña de nueve años. Usted trastornó la vida de esa pequeña, y ella no volverá a ser la misma. Por el resto de su vida, ella tendrá que vivir con las consecuencias de lo que usted le hizo. ¿Está bien que usted ya no sienta la culpa de lo ocurrido mientras que ella sí tiene que afrontar las secuelas de haber sido violada? ¿Cree que Dios debe quitarle a usted la vergüenza y la culpa mientras que ella sufre vergüenza y confusión durante toda su vida?

Cuando usted acepta el perdón de Dios, el eterno castigo de lo que usted ha hecho es transferido a su Hijo Jesucristo. Ya no tiene usted que sufrir el castigo eterno por haber quebrantado las leyes de Dios. No tiene que sentirse culpable por cómo su conducta ha ofendido a Dios porque Cristo sufrió el castigo para que usted pueda ahora ser limpio en su presencia.

Sin embargo, lo que usted hizo será siempre un capítulo muy triste de su vida, y es lógico que nunca deje de sentir tristeza por esa niña. Acepte su castigo y resuelva acudir a un terapeuta profesional para que lo ayude a vencer su atracción sexual por una niña.

Usted dice que quiere sentir la presencia de Dios en su vida; pero nunca debe concentrarse sólo en lo que siente, porque no puede fiarse de los sentimientos. Más bien tenga fe en que Dios lo acompaña. Con la ayuda de Él, practique la justicia, que consiste en hacer lo correcto en toda circunstancia. Busque a Dios mediante la lectura de la Biblia y la oración, y espere que Él se comunique con usted.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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