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Caso 550

Tengo un hijo, y mi esposo tiene una niña de diez años. Ella sólo nos visita los fines de semana y los días feriados, pero cuando ella está, mi esposo nos deja a un lado a mí y a mi hijo. Incluso si salimos a un lugar, él siempre camina al lado de su hija. Yo le he expresado cómo me hace sentir, pero él no acepta que sea así.

Lastimosamente todos los fines de semana tenemos problemas con mi esposo a causa de que la niña lo manipula en muchas cosas y... de que él me dice que quiere que mi hijo cambie.... A pesar de todo, yo me hago cargo de cosas de su hija que no me corresponden.... Pero todas estas actitudes me están llenando de resentimiento.

Consejo

Estimada amiga:

Nos entristece que su familia esté pasando dificultades. Sin embargo, aunque suene insensible decirlo, creemos que los problemas que usted tiene son la consecuencia natural de haberse casado con un hombre que tiene una hija. Usted decidió casarse con él sabiendo que él tenía esa hija. Y él decidió casarse con usted sabiendo que usted tenía un hijo. Como resultado, los dos tendrán muchos desacuerdos y malentendidos con relación a sus hijos respectivos. Usted debió haberse dado cuenta de eso antes de tomar la decisión de casarse.

Siempre les aconsejamos a los padres y a las madres sin cónyuge que esperen hasta que sus hijos sean adultos antes de comenzar a buscar una pareja. Por supuesto, hay muchos que no están de acuerdo y piensan que somos poco realistas. Sin embargo, las estadísticas demuestran que hay una gran probabilidad de que fracasen los segundos matrimonios. Mientras esos segundos matrimonios están fracasando, los hijos se ven obligados a soportar las riñas y la angustia que está sufriendo alguno de sus padres. Muchas veces la obsesión del padre o de la madre con sus problemas matrimoniales es tal que no puede satisfacer las necesidades de los hijos. El consejo que ofrecemos nosotros se basa en lo que más les conviene a esos hijos.

Nosotros creemos que un padre o una madre sin cónyuge tiene el compromiso moral de anteponer lo que necesitan sus hijos a sus propios intereses sentimentales. Pero cuando un padre o una madre se casa y se compromete con un nuevo cónyuge, con frecuencia ese nuevo compromiso con el cónyuge y el compromiso anterior con los hijos estarán en conflicto. Y no hay manera alguna que sea fácil de resolver ese conflicto.

Si usted quiere que este matrimonio perdure, tendrá que cambiar su actitud. Es evidente que su esposo quiere ser un buen padre para su hija. El amor que él le tiene a ella no compite con el que siente por usted. Él está con usted toda la semana, y sólo ve a su hija los fines de semana. ¿Por qué no lo deja caminar al lado de ella y prestarle atención? Ella crecerá y se irá de la casa, y entonces las oportunidades que él tendrá de estar con ella serán mucho más limitadas. En cambio, con él estará usted el resto de su vida, a no ser que permita que estos problemas los separen.

No tenemos ninguna manera de saber qué problemas tiene su esposo con el hijo de usted. Pero es de esperarse que él no trate al hijo suyo igual que a su propia hija. Usted nunca debió haber esperado que su esposo los tratara de igual manera. Esa expectativa ha sido muy poco realista. Va a contribuir a ponerle fin a su matrimonio si no determina esforzarse al máximo por superar los problemas que usted misma se ha buscado.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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