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Caso 197

Perdí mi empleo. Trabajaba en un banco internacional. Lo tenía todo. Pero ahora sólo mi esposa trabaja y yo estoy con el mundo por los suelos, ya que nadie contrata a una persona de cuarenta años, a pesar de que puedo dar toda la experiencia que tengo.

Me siento como un mantenido por mi esposa. Quiero trabajar, y siento que Dios me ha abandonado, ya que ahora sobre todo me han detectado diabetes. Para escribirles he tenido que utilizar una lupa, ya que por esta enfermedad mi visión ha sido afectada considerablemente. ¿Dios me ha abandonado?

Consejo

Estimado amigo:

¡Cuánto sentimos que haya tenido que sufrir estos problemas recientes en su vida! Perder el empleo ya es terrible, pero perder la vista es algo devastador. ¡Con razón que está con el ánimo por los suelos!

Para muchos, la diabetes tipo 2 es reversible. Si usted tiene sobrepeso (como sucede con la mayoría de los que padecen de diabetes tipo 2), le instamos a que busque ayuda de inmediato. Muchos obtienen los mejores resultados cuando se unen a un grupo de apoyo en el que los miembros se ayudan mutuamente a mantenerse motivados. Hay incluso grupos en la Internet que ofrecen apoyo e información. Con tal ayuda, usted puede perder peso, prolongar su vida y tal vez revertir su diabetes a fin de controlarla y de reducir los factores de riesgo de complicaciones.

Si tiene hijos, entonces lo animo a que ponga su mayor empeño en cuidarlos, participar en sus estudios y actividades, y cocinar y hacer el aseo a fin de asegurar que toda su familia tenga un hogar maravilloso. Ya se considera anticuada la distinción entre «el trabajo del hombre» y «el trabajo de la mujer». Todo trabajo —sea médico, técnico o de apoyo humano— puede hacerlo un hombre o una mujer y tiene el mismo valor. Hay casos en que tiene más sentido económico que sea el padre quien cuide del hogar y de los hijos. Aun cuando usted y su esposa no tengan hijos, usted puede poner su granito de arena de todos modos al mantener la casa en excelentes condiciones y cocinar para los dos.

Es posible que usted no pueda volver a trabajar en su profesión. Si le queda tiempo cada día después del que invierta siguiendo nuestro consejo, le sugerimos que busque un lugar en el que pueda donar sus servicios como voluntario. Con el conocimiento que tiene de las finanzas, tal vez pueda ayudar a las personas que necesitan consejo en cuanto a cómo hacer un presupuesto y cómo invertir mejor su dinero. Tal trabajo como voluntario pudiera aun resultar en un empleo remunerado.

Muchos en su lugar presentan excusas para justificar el no poder perder peso, el no poder mantener el hogar y cocinar, y el no querer donar su tiempo para ayudar a otros. Éstos se mantienen todo el día sentados delante de la computadora o del televisor, lamentando su suerte. Siguen ingiriendo alimentos no nutritivos y se niegan a dar pasos para mejorar su vida. Esperamos que usted sea muy diferente de esas personas, y que siga el consejo que le hemos dado.

Dios no lo ha abandonado. Lo cierto es que Él está muy cerca de usted ahora mismo y quiere tener una relación personal con usted. El Hijo de Dios, Jesucristo, murió en la cruz para que usted pueda sencillamente orar en sus propias palabras y pedirle que entre en su corazón y transforme su vida. Él le dará la sabiduría, la ayuda y la fuerza necesarias para que su vida sea productiva y satisfactoria.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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