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Caso 343

Cuando mi hija mayor cumplió los catorce años, comenzó a andar con un joven de dieciocho años. No estuve de acuerdo con esa relación, pero para evitar que se vieran a escondidas y en lugares oscuros, accedí a que se vieran en la casa con reglas estrictas. Han pasado tres años, y hoy en día mi hija ya no está de novia con ese hombre.

Hace poco noté a mi hija muy extraña, y me dijo que iba a volver a ser novia de ese hombre. Le pedí una explicación, y... llorando, me enseñó unos mensajes de texto donde ese hombre la amenaza para que vuelvan, y le dice que debe tener relaciones con él, o él hará públicas unas fotos de ella desnuda, las cuales ella le envió por teléfono cuando era una niña de quince años.... ¡Pienso que si esas fotos se comienzan a divulgar, soy capaz de matar a ese hombre! ... Saber que esas fotos pasan de un teléfono a otro me llena de ira con mi hija y ese hombre.

Consejo

Estimado amigo:

Su reacción emocional es del todo normal en tales circunstancias, pero usted debe proceder con prudencia para que no se agrave el daño. ¡No se empeñe en resolverlo por sí solo y de manera violenta! Así sólo hará que empeore la situación. Esta es una de esas ocasiones en que debe ser astuto como una serpiente y sencillo como una paloma.1

Lo que ese hombre está amenazando con hacer es ilegal en muchos países. A los quince años, su hija era menor de edad, y el distribuir imágenes pornográficas de una persona menor es un delito en más de noventa países. En algunos de esos países, la sola posesión de pornografía infantil es ilegal. A ese hombre, ya adulto a los dieciocho años, lo pudieran arrestar y sentenciar como agresor sexual.

Si usted vive en uno de esos países, vaya con el teléfono a la estación de policía y denuncie el delito. Es muy probable que la policía pueda manejar la situación de tal modo que le ponga fin a las amenazas de ese hombre. Claro que le dará vergüenza acudir a la policía, pero no permita que eso impida que haga lo correcto. Lleve a su hija consigo para que ella tenga que afrontar algunas de las consecuencias negativas de lo que hizo. Tal vez tenga que esperar unas cuantas horas, o regresar más tarde, pero no se dé por vencido. Nunca deje que algo inconveniente impida que se haga justicia.

Ahora bien, si las leyes en su país permiten lo que ese hombre está haciendo, tal vez la policía se preste a aconsejarlo a usted en cuanto a qué medidas puede tomar para ponerle fin a las amenazas. Si no le ayudan, entonces desde la estación de policía su hija pudiera enviarle un mensaje de texto al hombre informándole dónde están y que están poniendo una denuncia de que él tiene en su posesión pornografía infantil. Es posible que eso lo haga borrar todas las fotos de inmediato a fin de evitar que la policía las encuentre.

Al parecer, los adolescentes y los jóvenes no comprenden los peligros del mundo digital. No entienden que la compañía de teléfonos y los servidores de correo electrónico, como también los piratas informáticos, pueden lograr acceso a todo lo que se envíe como texto o por correo electrónico, y en definitiva a todo lo que se publica vía Internet.

Es probable que su hija haya aprendido la lección, pero hay muchos jóvenes que corren peligro a causa de sus hábitos riesgosos en los medios sociales. Recomendamos que los padres que pagan las cuentas de teléfonos, computadoras, conexiones a Internet, y aun televisión por cable sean los administradores de todos esos aparatos. Los hijos deben saber que sus padres son los dueños de los aparatos y que los padres tienen el derecho de revisar las cuentas a cualquier hora, incluso toda aplicación de los medios sociales. Claro que a los hijos nos les va a gustar, así que en tal caso ellos pueden optar por dejar de usar los aparatos si así lo prefieren, o pagar por alternativas con sus propios fondos.

Dios les ha dado a los padres la responsabilidad de cuidar a los hijos, y a medida que crecen es muy difícil saber cuánta libertad deben tener como adolescentes. Sin embargo, la seguridad debe tener prioridad sobre la privacidad de ellos. Aun cuando se trate de sus propios hijos, los padres deben ser «astutos como serpientes y sencillos como palomas».

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Mt 10:16

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