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Caso 566

Tengo treinta y nueve años. Amo mucho a mi novio, pero él me trata muy mal. Me dice las palabras más horribles que se pueda imaginar. Me zarandea bruscamente y... nunca me busca para pedirme perdón. Lo amo tanto que soy yo quien vuelve a buscarlo. Siempre trato de alejarme y no puedo.

Él me lastima los brazos, y hasta me ha deseado la muerte. Esto ha sucedido por muchos años. Me siento una mujer... que no vale nada. ¡Ayúdenme, por favor! Sólo díganme qué hacer, y lo haré.

Consejo

Estimada amiga:

¿De veras está dispuesta a hacer lo que le digamos? Esperamos que sí, porque su vida corre peligro. Usted tiene que actuar en seguida y sin titubear.

Hay dos peligros que atentan contra su vida. El primero es el hombre que usted dice que es su novio, a pesar de que la trata peor que a un enemigo. El segundo peligro es su propia condición emocional que bien pudiera hacer que pierda toda esperanza y se vuelva autodestructiva.

Usted teme que ese tipo sea la última oportunidad que le queda de formar una familia. Sigue esperando que él cambie y que juntos tengan el hogar que usted siempre ha soñado tener.

Lamentamos decirle que ese sueño no es nada realista. Un hombre que trata a la novia de la manera en que la ha tratado a usted sin duda será el marido que ha de golpear a la esposa repetidas veces. Y en algunos casos esas palizas constantes dan como resultado la muerte.

Es obvio que los pensamientos racionales que usted tiene le están advirtiendo que debe ponerle fin a ese noviazgo peligroso, y por eso nos está pidiendo consejo. Sin embargo, dice que no puede alejarse de él, y eso sólo quiere decir que está optando por darle prioridad a su sueño poco realista por encima de lo que sabe que es la verdad.

He aquí nuestro consejo que usted dice que va a seguir: Dígale a un amigo, pariente, compañero de trabajo o profesional médico que va a ponerle fin a su noviazgo. Luego pídale a esa persona que la ayude emocionalmente a llevar a cabo el plan.

No espere secretamente que su novio la ame a tal grado que le ruegue que no lo deje. Eso simplemente le crearía a usted más problemas porque tiene que alejarse de él, diga lo que diga. Aun si le propone matrimonio, ¡dígale que no! Aléjese definitivamente de él. Múdese, busque otro empleo, o haga cualquier otra cosa que sea necesaria para no volver a verlo. No acepte ninguna llamada ni cita que él le haga, ¡ni una sola vez! Cada vez que piense en él, imagíneselo como un cáncer que la está carcomiendo.

Usted necesita la ayuda y la fortaleza de Dios. Pídale en oración que la fortalezca y le dé su sabiduría divina. Dios la ama y la valora. Jamás la tratará como la ha tratado ese individuo.

¡Hágalo hoy mismo!

Le deseamos lo mejor,

Linda

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