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Caso 663

Cuando yo tenía cinco años, mi mamá se [juntó] con un hombre que conoció en su trabajo. Al pasar de los meses él comenzó a abusar de mí, y se lo conté a ella en dos ocasiones, pero nunca hizo nada. Al contrario, se casó con él y tuvo un hijo.

Ahora tengo veintiséis años y siento un enorme resentimiento en el corazón. Sé que es mi madre, pero me cuesta perdonarla. Vivo con ella, pero hay días en que... vienen esos recuerdos a mi mente y sólo quiero encerrarme en mi cuarto. ¿Qué debo hacer?

Consejo

Estimada amiga:

¡Con razón que resiente lo que sufrió y que su mamá no hubiera querido protegerla! Ahora que usted es adulta no puede imaginarse cómo una madre pudiera estar dispuesta a «sacrificar» a su hija en el altar de su propio interés amoroso. A usted le cuesta trabajo confiar en ella ahora, sabiendo que al parecer a ella no le costó desentenderse del asunto en aquel entonces. Y usted se está lamentando, no sólo por la niñita a quien le fue arrebatada su inocencia, sino también por la mujer que ahora tiene que afrontar la vida sintiendo semejante abandono.

Sería muy beneficioso si su mamá estuviera dispuesta a aceptar la culpa de haber permitido lo que le sucedió a usted, y a pedirle perdón. Sin embargo, podemos decir por experiencia que eso no suele suceder. Es probable que su mamá justificara lo que hizo hace años, y que siga justificándolo ahora. Si ella alguna vez reconociera que se desentendió de usted, causaría una rotura en la máscara que lleva puesta como «buena» madre. Provocaría dudas sobre qué otras cosas pudiera haber hecho o permitido. Así que ella se protege a sí misma —y no a usted— al negarse a reconocer lo que usted sufrió.

Le rogamos que le pida a su médica o a una trabajadora social cómo hallar un grupo de víctimas de violencia sexual. Usted necesita con urgencia un foro donde pueda hablar acerca de lo que le sucedió. Si no puede hallar tal grupo, entonces debe considerar el acudir a un consejero profesional. Si no le da salida a todo eso que ha estado sintiendo, pudiera enfermarse físicamente. También pudiera llevarla a formar relaciones sentimentales dañinas, al buscar el amor donde no se encuentra.

Usted no va a poder perdonar a su mamá por sí sola. Solamente Jesucristo, el Hijo de Dios, puede ayudarle a perdonarla. Él tiene experiencia en perdonar los casos difíciles, tal como cuando perdonó a las personas que lo crucificaron. Puede ayudarla a comprender y a creer que el perdonar la librará a usted —y no a ella— de los destructivos efectos físicos y mentales del no perdonar. Pídale a Dios en oración que la acompañe y que, de manera sobrenatural, la ayude a perdonar.

Un grupo terapéutico o un consejero puede darle un mejor consejo en cuanto a cómo debe ahora tratar a su mamá. Sin duda el alejarse de todo el mundo y encerrarse en su cuarto no es la opción más recomendable.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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