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Caso 277

Trabajo para una institución del gobierno... y por mi esfuerzo he podido surgir hasta poder llegar a ser jefe de un departamento. Mi esposa... me ha dicho que debo renunciar a este puesto y continuar con mi puesto de oficinista, ya que he tenido que trabajar en algunas ocasiones hasta tarde....

Ella me dijo que si no renunciaba a ese puesto, no se destinaría dinero para yo poder continuar con mi tesis, ya que ella maneja en la totalidad el dinero de la casa, por conveniencia mutua. Eso me puso entre la espada y la pared, y tuve que hacer lo que ella me dijo.

Consejo

Estimado amigo:

La única razón que usted da por la que su esposa se opone a ese ascenso laboral es el aumento en las horas de trabajo. Usted no lo dice, pero ella sin duda piensa que usted necesita pasar más tiempo en casa con ella y con sus hijos, si ya los tienen. Tal vez ella también piense que las horas y las responsabilidades adicionales traerán consigo más estrés de lo que puede soportar, sobre todo porque al mismo tiempo está tratando de terminar su tesis.

Sin embargo, a pesar de esas dos buenas razones, su esposa está confundida en cuanto a la diferencia entre el poder y la autoridad. Cuando los dos decidieron que sería ella quien administraría el dinero y pagaría las cuentas, usted le dio el poder de representarlo en transacciones económicas y, por consiguiente, es probable que ella sea la que gira los cheques y maneja las cuentas bancarias. Eso no quiere decir que usted haya renunciado a la autoridad para tomar decisiones en cuanto al dinero de la familia. Así que aunque su esposa esté usando el poder que usted le dio para amenazarlo con retener los fondos para continuar con la tesis si usted no accede a lo que le pide, ella no tiene la autoridad para tomar esa decisión por sí sola.

Su esposa se está portando como una dictadora que se ha apoderado de la autoridad a fin de controlarlo a usted sin su permiso. Debido a que la ama, ha claudicado ante sus demandas, pero ahora usted siente una desagradable amargura que cada vez será peor.

Los dos deben decidir en conjunto cómo han de gastar su dinero. También deben decidir entre los dos si debe o no conservar su puesto de jefe, pero ya que se trata de la carrera y del futuro de usted, su esposa debe respetar los deseos suyos luego de darle a conocer el punto de vista de ella. (Si se tratara del empleo de ella, la decisión le correspondería a ella luego de considerar el punto de vista de usted.) Si su esposa no está dispuesta a que tomen las decisiones en conjunto, entonces necesitan consultar con un consejero profesional de inmediato a fin de conservar intacto su matrimonio.

El apóstol Pablo enseñó que, cuando Jesucristo resucitó de entre los muertos, Dios el Padre le dio poder y autoridad muy por encima de toda otra potestad y autoridad en este mundo, en aquel entonces, ahora y por la eternidad.1 Ya que Cristo tiene ese poder y esa autoridad, podemos confiar en que Él será más grande y más poderoso que nuestros problemas más difíciles. Ore junto con su esposa y pídanle a Dios que les dé a ambos sabiduría en todas las decisiones que tengan que tomar.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ef 1:21

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