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Caso 599

Tengo treinta y ocho años y nunca me he casado, pero tengo tres hijos con dos mujeres diferentes: con la primera mujer, una hija de quince años, y con la mujer actual, dos hijos de seis y ocho años. Mi trato es mejor con la mujer anterior que con la actual. Tengo miedo porque muy adentro sé que la mujer actual no me conviene. Estoy con ella por los niños. Pero temo por ellos por... el ejemplo que su mamá les pueda dar.... Con ella mi vida está estancada, pero no puedo abandonar a mis hijos como lo hice con mi hija.

Leo la Biblia, y no encuentro allí solución a mi caso. ¿Debería dejar a la mujer actual y casarme con la anterior? ¿Debería casarme con la actual? ¿O debería quedarme solo [sin casarme con ninguna de las dos]?

Consejo

Estimado amigo:

Nos alegra saber que ha estado buscando respuestas en la Biblia. Creemos que la Biblia es como la carta que Dios nos ha escrito, una carta que contiene diversos mensajes de parte de Él.

Por ejemplo, contiene relatos históricos de lo que les sucedió a los seres humanos más antiguos. Cuando leemos las historias acerca de ellos, podemos aprender lecciones que nos ayudarán a dejar de cometer los mismos errores que cometieron ellos. Algunas historias nos dan ejemplos de héroes a quienes podemos admirar, y otras tienen como protagonistas a villanos con intenciones malvadas y conducta destructiva.

También contiene poemas, canciones y oraciones que se escribieron para ayudarnos a comprender que los seres humanos de antaño tenían algunos de los mismos pensamientos y emociones que tenemos nosotros. Es más, algunas de las oraciones incluidas revelan que aun los seguidores de Dios se enojaban con Él y ponían en tela de juicio lo que Él hacía. Y contiene enseñanzas para ayudarnos a saber qué clase de personas debemos ser. De modo que la carta que Dios nos ha escrito está compuesta de esas enseñanzas y de otros tipos de mensajes.

En su carta Dios deja muy en claro que debemos reservar la intimidad física para la relación matrimonial. El caso suyo comprueba que usted no siguió la norma que Dios estableció, pero quiere saber ahora cómo corregir los errores que ha cometido.

Gracias a Dios, Él lo ama a usted y siempre está dispuesto a perdonar a todo el que esté de veras arrepentido. El primer paso que debe dar es orar y pedirle que lo perdone.

Si usted tuviera hijos con una sola mujer, sería fácil saber que debiera casarse con esa mujer, determinar amarla y esforzarse al máximo por hacer de su hogar un ambiente de apoyo y de paz para los niños. Sin embargo, debido a que tiene dos grupos de hijos y que no está casado con ninguna de las dos mujeres, sólo Dios puede indicarle lo que debe hacer. Una vez que le haya pedido perdón y haya comenzado a seguirlo, puede orar y esperar que Él lo guíe.

No importa si se casa o cuándo se case, es de suma importancia que mantenga una relación cercana y de apoyo con cada uno de sus hijos. Como no está casado, debe considerar a sus hijos como su primera responsabilidad. Muéstreles el debido ejemplo al reservar la intimidad romántica sólo para su esposa, si se casa, o al abstenerse de relaciones sexuales, si opta por no casarse.

Le deseamos lo mejor, dadas las circunstancias,

Linda

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