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Caso 811

Hace algún tiempo oraba para que Dios me librara de la obsesión por una chica y para... no pecar con la pornografía... pero luego... volvía a pecar con lo mismo.... He pecado tanto contra Dios, siendo seguidor de Cristo, que últimamente siento que Dios ya no me perdona más.... Ahora me siento condenado y afligido con mucho temor, pues no quiero que Dios me entregue a la maldad.... Sólo le ruego a Dios que, por una vez más, sea benigno conmigo.... ¡Quiero de verdad seguirlo con todas mis fuerzas y estar convencido de mi salvación!

Consejo

Estimado amigo:

Como usted dice que es un seguidor de Cristo, sabemos que basa sus creencias en la Biblia, que es la Palabra de Dios. Nosotros acudimos a la Biblia para encontrar las respuestas a nuestras preguntas y las soluciones para nuestros problemas.

En la Biblia podemos leer lo que dijo e hizo Jesucristo cuando vivió, como hombre, en este mundo. En cierta ocasión los líderes religiosos llevaron a una mujer ante Jesús y querían que Él la condenara porque había sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. En lugar de condenarla, Él les dijo que cualquiera de ellos que fuera libre de pecado le tirara la primera piedra para castigarla. Debido a que todos somos pecadores, ni uno solo de ellos podía decir que era perfecto, así que se fueron retirando uno por uno. Jesús le preguntó entonces dónde estaban aquellos hombres que la habían condenado, y ella le respondió que no había quedado ninguno. Y luego le dijo que Él tampoco la condenaba.1

Cristo tenía un propósito, y no era el de condenar sino todo lo contrario. El Evangelio según Juan dice que «Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él».2 Por difícil que sea creerlo, la vida y las palabras de Cristo nos aseguran que Él está interesado en salvarnos y no en condenarnos.

Sin embargo, no es tan difícil creerlo cuando pienso en nuestras preciosas nietas. Ellas tienen mal comportamiento todos los días, porque así son todos los niños. Pero nunca habrá un día en que digamos: «¡Ya no más! ¡Ustedes han desobedecido demasiadas veces! Ya no son nuestras nietas.» ¡Por supuesto que no! Seguiremos amándolas y perdonándolas por su rebeldía, su desobediencia y su falta de respeto. Las amamos y las perdonamos tal y como Dios lo ama y lo perdona a usted.

Hemos publicado muchos casos de personas que han luchado con la pornografía. De hecho, son tantas las personas que tenemos un grupo de casos con el consejo que le dimos a cada una de ellas. Le recomendamos que lea todos los casos que forman parte de este grupo sobre la pornografía y que luego ponga en práctica las recomendaciones. Dios no espera que usted sea perfecto, pero sí espera que siga intentándolo.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Jn 8:11
2 Jn 3:17 (NVI)

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