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Caso 212

Comencé a tomar con mis amigos, y los viernes se hizo costumbre ir a compartir con ellos bebidas. Lo que quiero contar es que nada me sale bien. Pienso que tengo mala suerte.... En estos últimos meses [he perdido] muchas cosas.... Siempre que compro algo de valor, me lo roban; si no es por descuido es por robo. ¿Qué puedo hacer para que todo esto se termine?

Consejo

Estimado amigo:

Es muy interesante que la pregunta que nos hace al final de su consulta tiene que ver con la pérdida de objetos de valor, y sin embargo usted menciona que ha comenzado a salir a beber con sus amigos. ¿Cree que esa pérdida tenga algo que ver con esas salidas? También da a entender que piensa que la causa de que haya perdido tantas cosas pudiera ser la mala suerte, pero luego menciona que pudiera deberse a descuido de su parte.

A mí me parece que la razón por la que usted menciona la bebida es que sabe que el alcohol da como resultado la falta de control de todos sus actos. Hace que se le olviden las cosas, de modo que las deja en el lugar donde ha estado. El día siguiente ya no recuerda todo lo que hizo, o dónde dejó esas cosas. El alcohol también lo convierte en un blanco fácil para ladrones que saben que usted no está prestando atención.

Mi mamá y mi padrastro tenían la costumbre de salir a beber los viernes por la noche después del trabajo. Les pagaban los viernes, así que tenían el dinero para irse de parranda. Mi hermano, mi hermana y yo nos manteníamos a la espera de que volvieran a casa y nos prepararan la comida, y finalmente nos vencía el sueño esperándolos. Ellos por fin llegaban tambaleándose en horas de la madrugada, muchas veces habiendo perdido o malgastado el dinero de su salario. Entonces no había dinero para pagar el alquiler ni comprar la comida para la semana entrante.

Mis padres no tenían la intención de malgastar o perder su dinero. Tampoco pensaban dejar a sus hijos en casa sin nada que comer. Ni llevaban la intención de hacer cosas que ni siquiera fueran a recordar el día siguiente. Pero cuando optaban por salir a beber, casi siempre iban a parar en lo mismo.

Seguramente usted tampoco tiene la intención de ser descuidado o de no prestar atención. Ni piensa tomar decisiones que tengan repercusiones negativas en sus finanzas la semana que sigue. Pero una vez que toma el primer trago, ya ha tomado la decisión de que vale la pena correr el riesgo.

Algunos salen con sus amigos y no toman bebidas alcohólicas porque creen que no vale la pena correr el riesgo. Otros toman un solo trago alcohólico y luego toman bebidas que no tienen alcohol. Sin embargo, la mayoría de los que «salen de parranda» no sólo piensan que es aceptable embriagarse, sino que hasta se proponen lograrlo. Y se refieren a lo que sucede como algo divertido.

El apóstol Pablo nos aconsejó: «No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos.»1 ¿No será que el perder el control de sus actos y no la suerte sea la causa de que nada le salga bien y de que haya perdido sus objetos de valor?

A su Padre celestial le importa lo que usted ha perdido. Él puede ayudarle en todos los aspectos de su vida si tan sólo se lo pide.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Ef 5:18 (TLA)

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