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Caso 354

Necesito ayuda moral. Me siento triste. Soy una persona que cree en el matrimonio y en el Señor Jesucristo. Soy soltero, pero una noche después de consumir bebidas alcohólicas con un amigo, tuve relaciones sexuales con una [prostituta]. Me siento muy mal. Yo era virgen, y pensaba continuar así hasta casarme. Quisiera volver el tiempo atrás. Siento que he deshonrado a Dios y a mi familia. Siento como si parte de mí hubiera muerto. Me da vergüenza hablar de esto con alguien. Y me da temor haber podido contraer alguna enfermedad.

Consejo

Estimado amigo:

¡Qué maravilloso sería si pudiéramos retroceder en el tiempo! Casi todos hemos hecho algo que quisiéramos no haber hecho. Quisiéramos volver al punto de partida y tomar una decisión diferente de la que tomamos. Y quisiéramos poder retractarnos de las palabras que pronunciamos y deshacer el daño que causamos.

Lo que usted perdió es algo que muchos piensan que tiene poco valor: su virginidad. Pero usted ha llegado a reconocer que es un regalo inapreciable que podía darse una sola vez, y usted decidió dárselo a una mujer a la que ni siquiera conocía. Usted optó por perder su virginidad como si fuera algo sin valor alguno. Ahora le está remordiendo la conciencia porque usted sabe que tomó la decisión equivocada, y esa decisión hizo que pecara contra Dios. Y se siente avergonzado porque quería darle ese regalo a su futura esposa en la noche de bodas, y ya no será así.

Sin embargo, peor sería que creyera que su pureza sexual ha desaparecido para siempre, o que, como usted ya no es virgen, da lo mismo que tenga relaciones sexuales con otras mujeres. Y peor sería que no hubiera aprendido nada de ese error, y que volviera a cometerlo. Todo el tiempo la conciencia le está recordando que puede tomar mejores decisiones. Usted no tiene que ser la víctima de una sola decisión equivocada.

Dios lo ama y lo conoce mejor de lo que usted se conoce a sí mismo. Él quiere perdonarlo y dejar que vuelva a comenzar. ¡Sí, con Dios uno puede comenzar de nuevo! Él no sólo nos perdona sino que olvida la falta cometida. Él dijo: «Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados.»1 Así que cuando le pedimos perdón, es como si se borrara esa página, sin que quede rastro alguno de nuestros pecados. ¿Por qué haría Dios eso? ¿Por qué habría de darnos una nueva oportunidad? Porque nos amó tanto que sabía que a todos nos haría falta su perdón. A eso se debe que su Hijo Jesucristo tuviera que morir en la cruz y así pagar por nuestros pecados. Esa era la única manera en que la lista de pecados podría borrarse por completo. Pídale a Dios que lo perdone en el nombre de Cristo, y luego busque en la Biblia todos los pasajes que tratan sobre el perdón divino. Aprenda lo que dice Dios, ¡y póngalo en práctica!

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Heb 8:12

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