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Caso 256

Quiero terminar con mi novia. Ya lo he intentado en tres ocasiones, y en las tres ocasiones ella ha sufrido muchísimo. Estoy confundido porque no sé qué hacer: si seguir con ella para que no sufra, o terminar con ella porque mi corazón ya no siente el mismo amor que sentía hacia ella.... ¿Qué es lo más correcto que debo hacer?

Consejo

Estimado amigo:

Me alegro mucho de que nos haya contado su caso, ya que hay muchos hombres, como también muchas mujeres, que han experimentado, o experimentarán, exactamente lo mismo que usted. El consejo que aquí damos les servirá tanto a usted como a ellos.

Las relaciones románticas obligadas o forzadas no tienen como fundamento el amor. Se basan más bien en la obligación, la culpabilidad o el deber, los cuales establecen un fundamento muy inestable para el futuro de la relación. Seguir adelante con tal fundamento equivale a optar por una senda muy difícil, colmada de infelicidad e insatisfacción.

Si usted ya estuviera casado con esa joven, lo más correcto sería permanecer con ella y aprender a amarla tanto como le fuera posible. Pero no está casado; así que ¡déjela cuanto antes!

Ella lo está manipulando para que no la deje porque cree que puede lograr que usted la ame. Como usted no la ama, sólo está prolongando el dolor que ella siente al estar dispuesto a seguir con ella. Déjela, y no regrese. No conteste sus llamadas ni sus mensajes de texto o electrónicos. No pierda tiempo explicándole el porqué de su decisión. Trátela con ternura y con bondad, pero con firmeza.

El dolor que ella siente se tornará en enojo, y arremeterá contra usted, tratando de herirlo tal como usted la ha herido. O tal vez amenace con suicidarse. Ella hará todo eso a fin de seguir manipulándolo, pero no se deje convencer. Sea lo bastante fuerte como para resistir esas tácticas, sabiendo que a la larga será lo mejor para ella.

Su novia se merece un hombre que la valore como un tesoro. Con un compañero que esté con ella por amor y no por obligación, es mucho más probable que ella sea verdaderamente feliz. En cambio, con usted ella terminaría siendo muy infeliz, ya que no la ama ni la valora.

¿Sabía usted que Dios nos ama mucho y que nunca nos obliga a que le correspondamos ese amor? Él nos deja escoger por nuestra cuenta si vamos a amarlo y a servirle, o a rechazarlo. No quiere una relación con nosotros basada en la obligación, o el deber o incluso la culpabilidad. Quiere que lo amemos por lo que Él es y por todo lo que ha hecho por nosotros.

Cuando Jesucristo murió en la cruz para que nuestros pecados fueran perdonados, lo hizo por amor a nosotros. Pero si decidimos no aceptar su perdón y cultivar una estrecha relación con Él, entonces respetará nuestra decisión. ¿Qué decide usted? Le recomiendo que le pida a Dios que entre en su corazón hoy mismo y lo ayude en todas las decisiones difíciles que tiene por delante.

Le deseo lo mejor,

Linda

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