Matrimonio (Conflictos / Ofensas)
Matrimonio (Desamor / Expresar afecto)
Matrimonio (Adulterio / Infidelidad conyugal)
Matrimonio (Violencia conyugal)
Abandono del cónyuge
Celos
Divorcio
Viudez
Relación de pareja / Unión libre
Noviazgo (Castidad / Valores morales)
Noviazgo (Engaño / Desconfianza)
Noviazgo (Incertidumbre / Duda)
Noviazgo (Incompatibilidad)
Noviazgo (Relación prematrimonial)
Padrastros / Madrastras
Enamoramiento / Enamorarse
Inmoralidad Sexual
Pornografia
Redes sociales / Internet
Familia
Parientes políticos
Responsabilidad paternal / maternal
Hijos pequeños (Disciplina / Instrucción / Cuidado)
Hijos adolescentes (Disciplina / Instrucción / Cuidado)
Hijos adultos
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Deberes de los hijos
Adopción hijos
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Abuso sexual / Violación
Maltrato
Culpabilidad
Arrepentimiento
Perdón
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Enfermedad
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Trabajo
Vicios
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Mentira
Robo / Fraude
Hipocresía
Soltería / Soledad
Suicidio/ Intento de suicidio
Autocondenación
Hace unos años me enamoré de un joven, pero nunca llegamos a ninguna relación seria. Lo que me preocupa es que fui yo quien llamó su atención y buscó su compañía, y ahora me está pasando algo similar con otro chico.
Lo que quiero saber es si está bien buscar a mi futuro esposo de esa forma, dando yo el primer paso, o si sólo debo esperar a que alguien me pretenda para el matrimonio.
Consejo
Estimada amiga:
Su pregunta es interesante a la luz de la Biblia, la cual es nuestra fuente primordial para todos los consejos que damos. En los tiempos bíblicos, lo más común era que los padres eligieran el cónyuge para sus hijas y, por lo general, las hijas no tenían la opción de rechazar al novio elegido.
En el caso de Jacob, el padre de los israelitas, podemos aprender algunas lecciones interesantes acerca de la cultura de aquella época. Jacob quería casarse con Raquel, y el padre de ella aprobaba el matrimonio. Pero cuando llegó el día de la boda, la mujer detrás del velo conyugal era Lea, la hermana de Raquel. El padre de los dos justificó ese cambio de última hora diciendo que la costumbre siempre había sido que la mayor de las hijas se casara primero. Posteriormente, después de un tiempo apropiado, se permitió que Raquel fuera la segunda esposa de Jacob.1
Para los que hemos crecido en culturas del mundo occidental nos resulta difícil comprender las costumbres de muchas de las culturas del mundo oriental, sobre todo con relación a los matrimonios concertados. Es aún más difícil comprender las costumbres orientales de tener varias esposas y hasta concubinas. Esos son ejemplos de cómo podemos aprender ciertas lecciones de una cultura bíblica sin creer que debemos seguir sus costumbres. De hecho, es bueno que observemos que la Biblia contiene muchas historias verídicas de las que podemos aprender, pero que muchas de esas historias nos enseñan lo que no debemos hacer en vez de lo que sí debemos hacer.
No hay nada en absoluto en la Biblia que indique que un hombre tiene que ser el primero que muestra interés en un noviazgo con una mujer. La mujer tiene toda la libertad de mostrar interés en el hombre y aun de tomar la iniciativa.
Sin embargo, el tomar la iniciativa no quiere decir que la mujer deba dar todos los pasos que siguen. Después de mostrar interés en un hombre y luego de tomar la iniciativa, la mujer debe estar muy consciente del nivel de interés del hombre. Si él no está motivado lo suficiente como para dar el siguiente paso, entonces es hora de alejarse de él. O, si el interés que muestra él es en una experiencia sexual con fines recreativos, ¡entonces huya de él!
Muchas mujeres cometen el grave error de mostrar interés de una manera sexual. Esa estrategia pasa por alto todas las maneras más importantes de llegar a conocerse. Con frecuencia la relación sexual mantiene unidas a dos personas que con el tiempo descubren que a la una ni siquiera le gusta la otra.
No es probable que una persona motivada por la atracción y la satisfacción sexual encuentre así a una buena pareja con la cual casarse. Esa es una razón importante por la que la norma establecida por Dios es que no tengamos relaciones sexuales sino hasta después de la boda.
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 Gn 27-29
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