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Caso 310

Tengo veinticinco años y un hijo de cinco. Hace cuatro años conocí a un hombre que en ese entonces era maravilloso conmigo. Me trataba bien, y me prometió ser el padre que mi hijo no tenía.

Ahora todo ha cambiado. Él paga las cuentas de la casa y unos electrodomésticos que en su momento sacó [a crédito] para mí. Dijo que lo hacía por mi bienestar. Ahora él me ha sacado en cara que está conmigo porque le da lástima dejarme con todas las deudas que yo no tendría cómo pagar, ya que no trabajo.

Y con mi hijo ahora es completamente diferente. Ahora veo que me equivoqué, y que él no era lo que parecía ser ni todo lo que me prometió en el noviazgo. Me ha sido infiel y, durante los últimos dos años, me ha hecho mucho daño.

Yo hasta he llegado a arrepentirme de haberle dado mi confianza y mi corazón. Ahora me doy cuenta de que aquel sueño tan hermoso que fue cuando lo conocí ya es historia.

No sé qué hacer porque en realidad yo no tendría cómo pagar esas deudas.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos mucho la prueba por la que está pasando. Y sobre todo sentimos mucho lo que le está sucediendo a su hijo, que sin duda tenía una relación de padre e hijo con ese hombre, y ahora ha sido engañado.

Lamentablemente no hay ninguna solución que sea fácil. El hombre que usted se imaginó que era su príncipe azul ha resultado ser un camaleón. En muchos países, cuando una mujer opta por vivir con un hombre sin el beneficio de un certificado de matrimonio, que es un contrato legal, él no tiene obligación alguna de sustentarla económicamente. Más triste aún es que eso mismo les ocurre a muchas otras mujeres (y a veces hombres) todos los días.

A no ser que tenga a un familiar que esté dispuesto a sustentarla, usted debe buscar un empleo. Su hijo ya tiene edad suficiente como para estar en la escuela una buena parte del día; así que no debe necesitar de quien lo cuide en su ausencia. Tal vez tenga usted que mudarse de la casa en que vive y buscar un apartamento donde vivir con otra madre soltera. En ese caso, las dos pudieran compartir los gastos y turnarse en el cuidado de los niños.

Al seguir viviendo en la situación en que se encuentra, usted está postergando lo inevitable. Ya no va a ser posible que mantenga el nivel de vida al que se ha acostumbrado. Sus pertenencias la están atando y amargándole la vida. Deshágase de ese hombre y de esos bienes materiales, y busque la felicidad y la paz al sustentarse usted misma y proveer para el sustento de su hijo. Tome la decisión de no volver jamás a tener una relación sexual hasta casarse, y no espere encontrar en ningún hombre la solución a sus problemas.

Usted necesita la ayuda y la fortaleza que da Dios. Pídale que la perdone por las faltas y los pecados que ha cometido, y que forme parte de su vida. Confíe en que Él ha de darle la sabiduría que necesita para tomar las decisiones difíciles que tiene por delante. Y por último, busque una iglesia donde pueda formar amistades con otras madres solteras y aprender de las experiencias de ellas.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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