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Caso 280

Tengo poco más de un año de matrimonio, y tengo ciertos conflictos internos que me roban la [tranquilidad]. En ocasiones siento un cierto arrepentimiento de haberme casado con mi esposo. Él no es un mal hombre, pero tiene unos comportamientos que me irritan al extremo. Le he dicho en repetidas ocasiones de actitudes suyas que me molestan, y de nada ha servido.

Nos mudamos a su lugar de origen, en el cual no me siento para nada a gusto; pero él insiste en que por lo pronto debemos mantenernos aquí. Recientemente quedé embarazada, lo cual es motivo de alegría; pero me gustaría irme lejos y que mi bebé no crezca en este ambiente en que estoy. Necesito un buen consejo.

Consejo

Estimada amiga:

Lamentamos que se sienta tan infeliz en su matrimonio y en el lugar en que vive. El matrimonio de por sí requiere muchos ajustes, y a usted le ha tocado ajustarse además a una nueva ciudad. Y por si eso fuera poco, sus hormonas ahora están teniendo que ajustarse a su embarazo. No es de sorprenderse, entonces, que le esté costando trabajo hallar la paz.

Usted no dice que se siente sola y que extraña a su familia y a sus amigos, pero me imagino que así sea. Sobre todo ahora que está embarazada, anhela ver rostros familiares y personas de confianza. Una de las cosas más importantes que necesita hacer es buscar nuevos amigos. Pida información en el consultorio de su médico acerca de grupos de apoyo para mujeres embarazadas. Trate de formar amistades con algunos de sus vecinos. Busque una iglesia que tenga programas para mujeres. Le hacen falta amigas, ahora más que nunca.

Sería mucho mejor si ninguno de nosotros tuviera malos hábitos ni malas actitudes, pero lamentablemente todos los tenemos. El casarnos es comprometernos a concentrarnos en las cualidades positivas del cónyuge, aun cuando no sea fácil hacerlo. Su esposo hace cosas que la irritan, y es probable que usted haga cosas que lo irriten a él también. Pasarán años de conversaciones al respecto antes de que todo eso se resuelva. Pero por ahora, acuerden que usted se esforzará por cambiar algo de sí misma que a él no le gusta si él trata de cambiar algo de sí mismo que no le gusta a usted. Asegúrese de escoger el comportamiento de él que más la irrita, y luego determine pasar por alto todos los demás por ahora.

Muchas personas se identificarán con usted con relación a tener que vivir en un lugar que no les gusta. Algunos viven donde hace demasiado frío, y otros donde hay demasiado calor. Algunos viven donde llueve todo el tiempo, y otros donde el clima es demasiado seco. Deje que pase más tiempo para acostumbrarse a su nueva ciudad, y trate de pensar en las cosas  positivas que le ofrece.

El apóstol Pablo escribió que había aprendido el secreto de la paz interior. «He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre —dijo—.  Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»1 San Pablo aprendió que el secreto de la paz interior y de la satisfacción consiste en pedirle a Cristo que forme parte de la vida de uno, y confiar en su perfecta voluntad. Aun cuando lo metieron en una cárcel romana, Pablo estaba contento. Usted puede disfrutar de esa misma paz interior. Sólo tiene que pedirle a Dios que se la dé.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Fil 4:11b-13

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