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Caso 653

Soy un adolescente. A mí me gustan los videojuegos, pero mis padres no me dejan tenerlos. Quisiera jugarlos a escondidas, pero primero quiero saber su opinión.... [¿Los considera Dios como un pecado?] ¿Qué puedo hacer?

Consejo

Estimado amigo:

Consideramos un honor que quieras saber nuestra opinión. ¡Te felicitamos por preocuparte a tal grado por hacer lo correcto!

No mencionaste las razones por las que tus padres te prohibieron los videojuegos, pero es fácil adivinarlo. Hay estudios que han demostrado que los videojuegos contribuyen a que se emita un neurotransmisor, llamado dopamina, en nuestro cerebro.1 Esa sustancia química hace que sintamos cierto placer, así que es una de las razones principales por las que a muchas personas les gustan los videojuegos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, igual que con una droga, hace falta más y más dopamina para seguir disfrutando de esas sensaciones placenteras, de modo que el jugador se entretiene jugando cada vez más con el fin de volver a tener esas sensaciones. En ciertas circunstancias, muchos expertos creen que el jugador se convierte en adicto al juego. Por eso a los jugadores se les considera generalmente como personas que se apartan de la realidad de la vida para dedicarse al juego, aun descuidando su higiene personal. Los padres de familia que analizan estos aspectos y están bien informados tienden a optar por no correr el riesgo de que su hijo o hija llegue a ser uno de esos adictos.

Los videojuegos se han vuelto cada vez más populares con quienes tienen muchos menos años que tú. Sus cerebros se desarrollan a distintas edades, pero por lo general los expertos creen que eso no sucede sino hasta entre los veintitrés y veintisiete años de edad. Hay estudios que han demostrado que cuando se entretienen con estos juegos antes de que sus cerebros se hayan desarrollado por completo, hay en el cerebro circuitos susceptibles a ser reconfigurados.2 Por eso, aunque tú eres un adolescente con más madurez, tus padres están procediendo con sabiduría al reconocer el peligro que esto representa.

Ahora bien, nos preguntas si Dios considera que los videojuegos son pecado. Debido a lo evidente que es que algunos juegos contienen escenas de violencia, malas palabras y temas para adultos, sin duda ejercerán una influencia negativa en tu vida. De modo que, si de veras quieres saber la opinión de Dios acerca de esto, la mejor respuesta que podemos darte es que Él quiere más bien que llenemos la mente con cosas que son puras y dignas de admiración.3

Sin embargo, en el caso tuyo hay una respuesta aún más convincente. No has dejado de depender económicamente de tus padres y no eres mayor de edad. Debido a eso, legal y éticamente se te considera un menor de edad, a pesar de que no te sientas como tal. Ya que, sin duda alguna, Dios espera que los hijos obedezcan a sus padres,4 y tus padres te han prohibido los videojuegos, la respuesta es que el pecado consiste en el acto de desobedecer a tus padres.

Comprendemos que eres un joven con madurez y que sientes que eres capaz de evitar los riesgos. Comprendemos que todos tus amigos se entretienen con videojuegos y que tú quieres divertirte así también. Y comprendemos que crees que tus padres están siendo poco razonables. De modo que ahora te toca decidir si crees o no crees que Dios mismo está siendo poco razonable al esperar que obedezcas a tus padres.

Te deseamos lo mejor,

Linda
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1 Kabir Lal, «10 Negative Effects of Video Games» [Diez efectos negativos de los videojuegos] <https://www.healthygamer.gg/10-negative-effects-of-video-games> En línea 13 noviembre 2020.
2 Amy Paturel, «Game Theory: The Effects of Video Games on the Brain [La teoría del juego: los efectos de los videojuegos en el cerebro],» Brain and Life Magazine [Revista El cerebro y la vida], junio-julio 2014 <https://www.brainandlife.org/articles/ how-do-video-games-affect-the-developing-brains-of-children> En línea 13 noviembre 2020.
3 Fil 4:8
4 Ef 6:1

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