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Caso 798

Hace dos meses mi hija de trece años le reveló a mi cuñada que mi esposo (padrastro de mi hija) abusaba de ella. Me está afectando porque el padre de mi hija lo quiere demandar, y yo opté por perdonarlo. Actualmente mi esposo está muy arrepentido, y le ha entregado su corazón a Jesucristo. Puedo ver su arrepentimiento genuino. ¿Estaré haciendo mal con perdonarlo y no demandarlo? Le he declarado al padre de mi hija que yo seré neutral ante esta situación.

Consejo

Estimada amiga:

Siempre nos alegra saber que alguien ha aceptado a Jesucristo como su Salvador, y nos alegra aun más saber que su vida ha cambiado por seguir a Cristo. También nos alegra, por el bien suyo, que usted haya podido perdonarlo tal como lo ha perdonado Cristo.

Sin embargo, hay algo muy importante que usted aún no ha comprendido. Cuando le pedimos a Dios perdón por nuestros pecados en el nombre de su Hijo Jesucristo, Dios nos perdona y elimina las consecuencias eternas de nuestro pecado, pero no elimina las consecuencias naturales de ese pecado ni necesita que nadie más elimine esas consecuencias naturales tampoco. Si Dios quisiera que las consecuencias naturales fueran eliminadas, Él mismo podría hacerlo.

Su esposo ha cambiado la vida de su hija para siempre, pero usted al parecer no quiere creerlo. Usted quiere creer más bien que él cometió un error, Dios lo perdonó, usted lo perdonó y ahora todo ha terminado. ¡No, no ha terminado! Nunca terminará para su hija. Ella es la inocente víctima que ha sufrido y sufrirá las consecuencias el resto de su vida. Le rogamos que lea el Caso 663 para comprender mejor cómo se siente su hija.

Mientras el padre de su hija está tratando de protegerla y honrarla, usted, por el contrario, está tratando de influir en él de modo que proteja al padrastro en vez de proteger a su propia hija. Le rogamos que comience a proteger a su hija y que deje de proteger a su esposo. Al tratar de permanecer neutral, usted está dando a entender que su hija es igual de culpable que su esposo, o que su esposo es tan inocente como lo es su hija.

Quien abusa sexualmente de un niño o de una niña es un pedófilo. Y los pedófilos sienten una atracción hacia los niños y las niñas que no desaparece sólo porque lamentan el haber sido descubiertos. Con frecuencia esa atracción no desaparece aun después de haberle confesado sus pecados a Dios y de haberle pedido perdón con toda sinceridad. El pedófilo tiene que someterse a tratamiento y a rendirles cuentas a otros, pero no es probable que el esposo suyo se someta a tratamiento a menos que sea demandado y tenga que rendirle cuentas al sistema judicial.

Lloramos por su hija y por todas las que están sufriendo abuso. Las consecuencias para ellas son devastadoras y trastornarán su vida, pero esas consecuencias se multiplican cada vez más cuando la propia madre las traiciona y se pone de parte del pedófilo.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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