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Caso 195

Estoy llegando a mi límite. Soy casado desde hace tres años, [y] el problema es que mi esposa tiene una actitud muy difícil [y] se molesta por cosas que yo ni siquiera sé. Yo no soy un hombre para discutir, y en serio amo a mi esposa; pero ella parece que busca cualquier forma para provocarme y que yo pueda decirle que se marche....

Quiero oír algún consejo que me ayude a tratar con esta situación. Estoy de acuerdo con lo que la Biblia dice —«hasta que la muerte los separe»—, pero no sé qué hacer.

Consejo

Estimado amigo:

¡Lo felicitamos por cumplir con los votos que le hizo a su esposa el día de la boda, como también por su deseo de seguir la enseñanza bíblica acerca del matrimonio! Tiene usted la sabiduría necesaria para reconocer que los problemas pueden resolverse y que, al igual que en el caso suyo, la mayoría de los matrimonios tienen que afrontar problemas difíciles. Cuando los casados se separan debido a tales conflictos, por lo general siguen comunicándose con esos mismos patrones de conducta en las nuevas relaciones que forman, y esas relaciones también terminan en fracaso.

Muchos hombres se identificarán con lo que usted nos ha contado. Quieren proveer el sustento económico para su familia, ser los líderes de su hogar, encargarse de la administración doméstica y luego disfrutar de un descanso merecido cuando llegan a casa. Cuando la esposa tiene otras ideas, ellos llegan a creer que ella tiene la intención de irritarlos y de armar pleitos.

En cambio, para las mujeres es imperiosa la necesidad de comunicarse, a tal grado que los hombres muchas veces no comprenden por qué. La esposa quiere conversar acerca de los sucesos del día, tanto de los suyos como de los de su esposo. Quiere decirle a su esposo cómo se siente y quiere que a él le parezca importante. Trata de entablar una conversación con él, pero él no quiere hablar ni escuchar a no ser que haya algo que necesite arreglo. Él quiere que ella lo deje solo, mientras que ella no quiere sentirse sola, así que no es de extrañarse que surjan conflictos y que posteriormente éstos aumenten de tono.

Después de una noche de mucho conflicto, muchos hombres quieren tener relaciones sexuales con su esposa. Pero la esposa se siente rechazada y poco amada debido a la falta de comunicación positiva entre los dos, así que no tiene ningún interés. El esposo se enoja y se convence de que su esposa lo está rechazando a propósito para fastidiarlo.

El método que rinde los resultados más rápidos para resolver esos desacuerdos es asistir juntos a cursos acerca del matrimonio. Muchas iglesias y agencias comunitarias ofrecen tales cursos de forma gratuita. Da esperanza el reunirse con otros matrimonios que afrontan conflictos parecidos. Por otra parte, la consejería matrimonial individual o en grupo son opciones excelentes para aprender a comunicarse con eficiencia.

Tal como con otros conflictos, las dos partes tienen que amarse lo suficiente como para estar dispuestas a ceder en algo para el bien de los dos. Cuando un hombre de veras ama a una mujer, él saca tiempo para conversar con ella con regularidad y escuchar lo que tiene que decir. Cuando una mujer de veras ama a un hombre, ella comprende que él necesita tiempo para relajarse a solas después del trabajo. Cuando un hombre y una mujer se aman lo suficiente como para casarse, también se aman lo suficiente como para hacer sacrificios mutuos.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey

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