Matrimonio (Conflictos / Ofensas)
Matrimonio (Desamor / Expresar afecto)
Matrimonio (Adulterio / Infidelidad conyugal)
Matrimonio (Violencia conyugal)
Abandono del cónyuge
Celos
Divorcio
Viudez
Relación de pareja / Unión libre
Noviazgo (Castidad / Valores morales)
Noviazgo (Engaño / Desconfianza)
Noviazgo (Incertidumbre / Duda)
Noviazgo (Incompatibilidad)
Noviazgo (Relación prematrimonial)
Padrastros / Madrastras
Enamoramiento / Enamorarse
Inmoralidad Sexual
Pornografia
Redes sociales / Internet
Familia
Parientes políticos
Responsabilidad paternal / maternal
Hijos pequeños (Disciplina / Instrucción / Cuidado)
Hijos adolescentes (Disciplina / Instrucción / Cuidado)
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Deberes de los hijos
Adopción hijos
Aborto
Abuso sexual / Violación
Maltrato
Culpabilidad
Arrepentimiento
Perdón
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Enfermedad
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Finanzas
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Vicios
Enojo
Mentira
Robo / Fraude
Hipocresía
Soltería / Soledad
Suicidio/ Intento de suicidio
Autocondenación
Yo sé que debemos tomar decisiones de acuerdo con la voluntad de Dios, pero ¿cómo puedo estar seguro de que estoy haciendo lo correcto? A veces me siento inseguro, y parece que me estoy volviendo loco. Vivo también rodeado de vecinos que me aborrecen porque no me dejo dominar por ellos. Yo sigo a Jesucristo, así que no quiero darles mucha confianza a los demás; pero siento miedo de tener problemas con otros y de [dar un mal ejemplo].
Consejo
Estimado amigo:
¡Lo felicitamos por querer seguir la voluntad de Dios y ser un buen ejemplo! Esas son dos metas excelentes.
El seguir la voluntad de Dios no es tan confuso como pudiera pensarse. Pudiera compararse con subir por unas escaleras. Hay que ascender los primeros escalones antes de llegar a los del centro, y luego ascender los del centro antes de llegar a los de arriba.
El primer escalón es leer la Biblia a fin de aprender acerca del carácter de Dios y su voluntad para todos nosotros. La Biblia es como un manual con instrucciones. El escalón que le sigue, y que complementa el leer (o escuchar) la Biblia, es hablar con Dios en nuestras propias palabras. A esa parte del diálogo se le llama oración, pero en realidad se trata de una conversación. Dígale cómo se siente usted, las cosas que lo confunden, y que está interesado en conocer su voluntad divina. Pídale que le muestre lo que Él desea para la vida de usted.
Al leer la Biblia, comenzando con los Evangelios, que son la crónica de la vida de Jesucristo, observe cómo trató Cristo a los demás. Trabó amistad con recaudadores de impuestos, que eran unos de los hombres malos de esa época. Acogió a todo el mundo con los brazos abiertos, incluso a adúlteros, a estafadores y a mentirosos. No les dijo a las personas que tenían que reformarse para que pudieran tener amistad con Él. Más bien, insistió en que se le acercaran, dándoles así total confianza. Él mostró interés en el prójimo porque lo amaba.
Es inquietante que sus vecinos lo aborrezcan. ¿Será que lo perciben a usted como «súper espiritual», es decir, como un fariseo? Cuando usted dice que no se deja dominar por ellos, ¿quiere decir que ellos lo están presionando a que haga lo que no debe hacer como seguidor de Cristo? ¿No será que, al mantenerlos a cierta distancia, les está dando razón para pensar que a usted no le importan las necesidades ni los problemas de nadie salvo los suyos?
Al leer acerca de la vida de Cristo, tome nota de los aspectos en que Dios nos revela su voluntad para todos. Él quiere que todos amemos al prójimo como a nosotros mismos.1 Y nuestro prójimo más cercano es nuestro vecino. Lamentablemente “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Cuando estudie el carácter de Dios y llegue a conocerlo mejor, se irá acercando a los escalones del centro. Él entonces comenzará a mostrarle su voluntad para usted en particular. Y le será más fácil escuchar su voz divina. A medida que ore y le pida que ponga amor en su corazón hacia los demás, lo ayudará a que usted sea como Él lo ha planeado.
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 Lv 19:18; Mt 22:39
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