«Por la diferencia de creencias»

5 nov 2020

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Convivo con mi pareja sentimental hace quince años, y tenemos una hija de ocho años.... Soy seguidora de Cristo.... [y] hace más de un año empecé a leer más la Biblia. Mi esposo sabe de mi fe, pero no la profesa igual. Aún no estamos casados. Él sí me ha dicho que nos casemos, pero por la diferencia de creencias no lo podemos hacer. Yo pienso que... el no estar casados afecta mi relación con Dios. Él es un buen padre y esposo, pero yo siento que estoy desobedeciendo a Dios a diario y no sé qué hacer.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»... No hay duda de que Dios se está valiendo de su conciencia para recordarle que convivir con alguien sin que estén casados no es parte de su plan divino. Tal como ha estado leyendo en su Biblia, usted sabe que Dios diseñó la relación matrimonial de modo que se basara en una promesa entre un hombre y una mujer, una promesa que proveyera seguridad física y emocional para los hijos como también para los cónyuges....

»Si usted no hubiera tenido una hija con ese hombre, la respuesta sería fácil. Nosotros le aconsejaríamos que se separara de él hasta que, o a no ser que, él decidiera seguir a Cristo.... Las personas que siguen a Cristo deben siempre vivir conforme a las enseñanzas bíblicas, mientras que, por lo general, a las personas que no siguen a Cristo no les importa lo que dice la Biblia. Cuando dos personas no viven conforme a las mismas normas, es imposible que tengan las mismas metas y prioridades.

»Sin embargo, usted sí tiene una hija, y nosotros creemos que ese hecho lo cambia todo. Su hija necesita a la mamá y al papá, y necesita un hogar colmado de amor y de seguridad. Como usted dice que su novio es un buen padre y esposo, parece que su hija ya tiene un hogar así.

»Le recomendamos que haga un documento que ambos deben firmar, a fin de que los dos recuerden el convenio que hicieron. Su esposo necesita consentir en que tanto usted como su hija pueden asistir a actividades de la iglesia hasta tres o cuatro veces por semana, según las circunstancias. Él también necesita consentir en que, a su hija, así como a todos los futuros hijos, se les ha de enseñar valores bíblicos, y en que él no le enseñará a ella valores contrarios a la Biblia, ni los menospreciará ni las pondrá en ridículo a usted ni a su hija por la fe que profesan.

»Usted, por su parte, debe consentir en respetar el derecho que él tiene de practicar su propia religión o de no profesar religión alguna.... No debe [rogarle ni tratar] de hacer que se sienta culpable por no ir [a la iglesia] con ustedes.

»Si su esposo consiente en firmar tal acuerdo, entonces le recomendamos que se casen de inmediato. Pero si él no está dispuesto a hacerlo, entonces usted tendrá que pedirle a Dios que le muestre cuál es el siguiente paso que debe dar....»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El resto del consejo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 616.

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