«Buen ejemplo para su hijo»

6 jul 2020

(Segundo domingo de julio: Día del Padre en Uruguay)

«Mi padre, Seler Parrado, nació en Estación González, un polvoriento puesto fronterizo en el rico interior agrícola de Uruguay.... Su propio padre era un pobre vendedor ambulante que viajaba en un carro tirado por caballos de una estancia a otra, vendiendo sillas de montar, botas y otros productos de uso cotidiano en las granjas, a los dueños de [las fincas] o... a los robustos gauchos que vigilaban sus rebaños.... Cuando yo me quejaba de mi vida —cuenta el empresario y productor de televisión uruguayo Nando Parrado— mi padre solía recordarme que, de niño, su baño era un cobertizo de hojalata a quince metros de su casa y que no vio un rollo de papel higiénico hasta que cumplió los once años y su familia se trasladó a Montevideo.

»... Al cumplir los seis años, él ya trabajaba durante horas en la pequeña casa de su familia, cuidando de los pollos y los patos, trayendo agua del pozo, recogiendo leña y ayudando a su madre a cuidar del huerto. A los ocho años ya se había convertido en ayudante de su padre, así que se pasaba... horas en el carro, yendo de [una finca a otra]....

»... Cuando mi padre cumplió once años, su familia se mudó a Montevideo, donde su padre abrió una tienda en la que vendía todos los artículos que había ofrecido a los [dueños de finca y a los gauchos].... Al cumplir los veinticinco... mi padre empezó a [administrar] la tienda. El abuelo [la] había ubicado... estratégicamente, cerca de la estación de tren de Montevideo....

»Sin embargo, para cuando Seler asumió el control del negocio... los autobuses habían sustituido a los trenes como el medio de transporte más popular, y la estación de autobuses no estaba cerca de la tienda. Para agravar aún más la situación... los camiones y los tractores redujeron... la dependencia que tenían los granjeros de los caballos y las mulas, lo cual [resultó en] un espectacular descenso de la demanda de las sillas de montar y bridas que vendía mi padre....

»Entonces Seler hizo un experimento... [con el que] el negocio comenzó a prosperar.... En el plazo de algunos meses había quitado todos los utensilios agrícolas y había abastecido las estanterías de productos de ferretería. Seguía viviendo al borde de la pobreza y dormía en el suelo de una habitación en el primer piso de la tienda, pero a medida que las ventas continuaron aumentando, él se dio cuenta de que había encontrado su futuro.»1

En este mundo en que tantos padres les dan mal ejemplo a sus hijos, ¡qué bien que Seler Parrado haya sido tan buen ejemplo para su hijo Nando! Al ver que el negocio estaba en peligro de fracasar, corrió el riesgo necesario de tomar medidas prudentes para evitarlo. Es decir, puso en práctica el proverbio del sabio Salomón que dice: «El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.»2 Fue así como, con el paso de los años, Seler llegó a ser ejemplo del siguiente dicho de los sabios: «¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.»3

¡Quiera Dios que el ejemplo de este padre uruguayo nos inspire a todos los que somos padres, quienes jugamos un papel determinante en las familias de nuestra sociedad y en el futuro de nuestra nación!


1 Nando Parrado, Milagro en los Andes: Mis 72 días en la montaña y mi largo regreso a casa (Barcelona: Editorial Planeta, 2006), pp. 30-32.
2 Pr 27:12
3 Pr 22:29
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