«No quiero que mi hijo me vea ebrio»

22 dic 2018

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Tengo una esposa y un hijo.... Creo que soy alcohólico porque cada semana tomo, y después me siento triste y desconsolado, y pido a Dios que me libere del alcohol. Siento que no es bueno que... mi hijo crezca viéndome tomar.

»Por ahora trabajo lejos, pero pienso traer a mi familia y no quiero que mi hijo me vea [ebrio].... He sido huérfano de padre, y no quiero ser un mal padre para mi hijo. Quiero que él sea un niño feliz y que esté orgulloso de mí.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»Yo sé lo que es tener un padre que bebe todos los días y se emborracha una buena parte del tiempo. Así que me identifico con la profunda vergüenza de tener un padre que es alcohólico. He experimentado la incertidumbre, la inseguridad y la ansiedad que siente una niña cuando no sabe la condición en que se encontrará su padre cuando él visita su escuela o cuando llega a conocer a los padres de los amigos de ella. Todavía siento esa vergüenza. La llevo siempre adentro, recordándome cómo me hacía sentir.

»Lo felicito por querer una vida mejor para su hijo y por querer que él esté orgulloso de usted. Al parecer usted le tiene mucho afecto y quiere cambiar el hábito de la bebida. Rogarle a Dios que lo ayude es un buen comienzo, pero vencer el alcoholismo requiere más que simples lamentaciones y ruegos.

»Mi hermano es un alcohólico, pero ya no bebe. Ahora asiste más bien a reuniones en las que él y otros alcohólicos se animan mutuamente y se esfuerzan juntos por cambiar su vida. A fin de vencer el alcoholismo, también usted debe buscar un grupo de apoyo para alcohólicos y asistir con mucha frecuencia a las reuniones que tengan. ¿Le da pena o siente vergüenza admitir frente a otras personas que usted es un alcohólico? Esa vergüenza no es nada si se compara con la vida de vergüenza que le causará a su hijo si usted no deja de beber.

»Cuando ore, pídale a Dios perdón por todos los pecados que usted ha cometido. Pídale que le dé el valor y la determinación necesarios para dar los pasos requeridos en el proceso de cambiar su vida. Y pídale que lo acompañe a la primera reunión y que sea su Compañero todos los días. Busque una iglesia en la que los asistentes hayan sido transformados por la relación que han cultivado con Jesucristo, y asista también a esas reuniones.

»Usted necesita afianzar bien su sistema de apoyo antes de rodearse de sus seres queridos. Por eso tal vez sea mejor que comience a asistir a las reuniones antes de llevar a su esposa y a su hijo donde usted vive ahora. No lo aplace. ¡Comience hoy mismo!»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 388.

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