El «mes de la patria» en México

27 sep 2021

(Bicentenario de la Consumación de la Independencia de México)

Si bien septiembre es el «mes de la patria» en México debido a los festejos de la Independencia los días 15 y 16, lo es también por la consumación de la batalla del día 27 que dio pie al nacimiento de México como país. Fue ese 27 de septiembre de 1821, once años después, que Agustín de Iturbide entró en la Ciudad de México al frente de una marcha simbólica que marcaba el final de la lucha por la independencia del imperio español.

A diferencia de lo ocurrido en otros países de América excepto Haití, el Acta de Independencia que se proclamó el día siguiente no se redactó ni se firmó sino hasta el fin de la lucha armada. Sentando las bases para la fundación del Imperio Mexicano, que se extendía desde el norte de California hasta el sur de Costa Rica, el acta declaraba: «La nación mexicana, que por 300 años ni ha tenido voluntad propia ni libre uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido».1

Sin embargo, varios expertos en las actas independentistas de América, entre ellos el doctor Alfredo Ávila Rueda del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirman que hubo más de un documento de independencia de Nueva España, en lo que hoy es México. Entre 1810 y 1821 varios grupos lideraron la lucha por la independencia. La inició, con un grupo de conjurados, el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, quien dio el famoso «Grito de Dolores». Y luego de fusilado Hidalgo en 1811, el sacerdote José María Morelos y Pavón, en un esfuerzo por formalizar la lucha, convocó en 1813 el Congreso de Anáhuac, en el que se leyó un documento fundacional del México independiente titulado: «Sentimientos de la Nación».

En ese documento —explica el historiador Ávila— «el primer artículo dice que se declare la independencia y se exponga al mundo su razón». Fue así como el 6 de noviembre de 1813, ocho años antes que el acta de 1821, los miembros de aquel Congreso promulgaron el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional. Entre otras cosas, aquella acta «declara que América es soberana porque Dios otorga ese derecho a los pueblos», y tiene en común con el acta de 1821 que se escribió con el fin de que otras naciones reconocieran esa soberanía —concluye Ávila.2

Gracias a Dios, si bien Él quiere que lo reconozcamos como nuestro Rey Soberano, no nos impone su soberanía, sino que, tal como lo declara aquella acta, nos otorga ese derecho a nosotros. De modo que, a pesar de que Dios sabe lo que más nos conviene y sólo quiere lo mejor para nosotros, Él nos ha cedido a cada uno la soberanía sobre nuestra vida al crearnos con libre albedrío. Eso quiere decir que tenemos la libertad de decidir si ocupamos nosotros mismos el trono de nuestro corazón, o si acatamos el consejo del sabio Salomón de confiar en el Señor de todo corazón, declarando que de aquí en adelante será Dios más bien quien ha de ocupar ese trono como nuestro Soberano.3


1 Darío Brooks, «Historia de México: por qué el país tuvo más de un Acta de Independencia», BBC News Mundo, 27 septiembre 2020 <https://www.bbc.com/mundo/noticias-54312589> En línea 7 abril 2021.
2 Ibíd.
3 Pr 3:1-12
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