Dos personas que naufragaron tres veces

15 abr 2021

(Aniversario del Naufragio del Titánic)

«Siempre le tuvo miedo al agua y, sin embargo, vivió casi toda su vida... recorriendo los océanos del mundo como camarera... en embarcaciones gigantescas, impresionantes.... De padres irlandeses, [Violeta Jessop] nació en las cercanías de Bahía Blanca, [Argentina, en] 1887.... [y vivió después en las ciudades de Buenos Aires y Mendoza].... Su madre... había sido camarera a bordo, y [Violeta], a sus veintiún años, decidió que también [trabajaría] en ese mundo en altamar», escribe la periodista argentina Melisa Reinhold en el Diario La Mañana Neuquén.

«Cuando los nuevos imponentes transatlánticos comenzaron a navegar los mares ostentando su lujo... [Violeta] formó parte de la inauguración del Majestic y... llegó a trabajar en el Olympic, el primer transatlántico de la clase Olympic, considerado uno de los barcos más grandes de principios del siglo [veinte].... Pero [su] extravagancia... y riqueza de poco sirvió. El 20 de septiembre de 1911 [chocó] contra un buque de guerra frente a las costas británicas.

»El accidente perforó el casco del Olympic y también dañó una de sus hélices. Pero... logró llegar al puerto de Southampton con todos sus pasajeros a salvo.... El capitán de la embarcación, Edward John Smith... apenas seis meses más tarde pasaría a la historia por ser el capitán del segundo transatlántico de la clase Olympic: el Titánic....

»Violeta [fue] una de las veintitrés mujeres de entre casi 700 miembros de la tripulación... admitidas para el viaje inaugural del Titánic.... La cuarta noche del viaje... [el Titánic chocó contra un iceberg, así que a ella le tocó ayudar a evacuar a los pasajeros. Cuando le llegó el turno a ella de abordar uno de los botes salvavidas, el encargado de llenarlos] le entregó en brazos a un bebé que se había perdido en [el] caos.... De las 2.223 personas a bordo, sólo 706 sobrevivieron. La [camarera] argentina fue una de ellas....

»[Cuatro años y medio más tarde]... Violeta Jessop continuó] trabajando en el tercer buque de la clase Olympic, el Británnic... [pero ahora] como enfermera al servicio de la Armada Inglesa.... Cuando la nave... rozó una mina alemana [en el mar Egeo,] fue sacudida por la explosión y... comenzó a hundirse [antes de que hubiera tiempo] para disponer de todos los botes salvavidas.... [No obstante, Violeta logró abordar uno de los botes; pero luego, a pesar de su temor al agua, se tiró al mar para evitar ser víctima de las hélices del barco que destrozaron a muchos de sus compañeros entre los treinta pasajeros que perecieron. El Británnic se hundió].... en menos de una hora —tres veces más rápido que su hermano el Titánic—; [pero esta vez la enfermera argentina fue rescatada en una balsa. [No por nada se ganó el apodo de “Miss Inhundible” que,] contra todo pronóstico, [la acompañó hasta el día de su muerte a los] ochenta y cuatro años», concluye Reinhold.1

Más vale que cada uno de nosotros determinemos que, al final de nuestra vida, no resulte que hemos naufragado en la fe, sino más bien resalte que la hemos mantenido, peleando la buena batalla, tal como le deseó San Pablo a Timoteo, su «hijo en la fe». ¡Y conste que el sufrido apóstol mismo, al igual que Violeta Jessop, naufragó tres veces y vivió para contarlo!2


1 Melisa Reinhold, «La historia de la camarera argentina del Titanic que sobrevivió a tres naufragios», Diario La Mañana Neuquén, 19 septiembre 2020 <https://www.lmneuquen.com/la-historia-la-camarera-argentina- del-titanic-que-sobrevivio-tres-naufragios-n733681> En línea 1 noviembre 2020.
2 1Ti 1:1,18-19; 2Co 11:25
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