Una medalla de oro obtenida y otra merecida

27 jul 2020

(26 de julio: Día del Deporte Ecuatoriano)

El 26 de julio de 1996, compitiendo en la marcha de veinte kilómetros de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad de Atlanta, Georgia, en los Estados Unidos de América, Jefferson Pérez, cuencano de veintidós años, obtuvo la primera medalla olímpica en la historia del Ecuador, ¡y resultó ser la de oro! «No sé si voy a ganar, pero para no ganar tendrán que matarme», había dicho antes del inicio de la competencia. De ahí que el Presidente de la República lo declarara Héroe Deportivo Nacional, le otorgara dos condecoraciones y enviara al Congreso Nacional un proyecto de ley para darle una pensión vitalicia. Y por si eso fuera poco, en su honor se bautizó con su nombre un complejo deportivo en Cuenca, se le erigió una estatua en Guayaquil, y el gobierno ecuatoriano instituyó, desde 1997, el 26 de julio como el Día del Deporte Ecuatoriano.1

Sin embargo, esa no fue su primera medalla internacional. En el Mundial de Bulgaria de 1990 obtuvo la de bronce, y dos años más tarde ganó el título mundial juvenil en Seúl, Corea del Sur. Y la medalla de Atlanta tampoco habría de ser su última conquista de un título internacional. Fue tricampeón mundial en Francia 2003, en Helsinki 2005 y en Osaka 2007. Por eso en el 2007 la agencia Prensa Latina, la BBC de Londres y Fox Sports lo declararon el mejor deportista de Latinoamérica.2

 Con semejante trayectoria de victorias merecidas, era de suponerse que al año siguiente Jefferson Pérez tendría la dicha de recibir su segunda medalla dorada olímpica. Pero en Pekín 2008 tuvo que conformarse más bien con la de plata, cediendo la de oro al ruso Valeriy Borchin. Y para colmo de males, debido a que se comprobó que Borchin abusaba de sustancias que le permitieron tomar ventaja ilegal en sus competencias, al atleta ruso lo despojaron de sus títulos mundiales de 2009 y 2011, ¡pero no de la medalla de oro de 2008! Así que, a pesar de lo ingenuo que es creer que Borchin no hizo trampa para superar a Pérez en Pekín, Borchin logró salirse con la suya y privar al consagrado atleta ecuatoriano de una merecida segunda medalla de oro olímpica.3

En síntesis, el lema triunfal de Jefferson Pérez Quezada es: «El día que comienzas a creer que lo imposible no existe, ese día empiezas a vivir.» Y la visión de la fundación que lleva su nombre consiste en ser propulsores activos de la construcción de una sociedad justa y equitativa en la que todas las personas, sobre todo niñas, niños y adolescentes de escasos recursos económicos, vivan y se desarrollen en un mundo más humano, solidario, sin discriminación, con igualdad de oportunidades, en un marco de formación y protección integral de derechos.4

No debiera sorprendernos entonces que Pérez manifieste que lo que sintió como resultado de su triunfo en 1996 «no fue una felicidad por haber ganado, sino una felicidad por haber encontrado una paz, por desarrollar el talento que Dios [le] dio»; y que también nosotros podemos lograr eso «[si tenemos] claro lo que [queremos] en la vida y [si tenemos] extremadamente claro que somos un instrumento con un talento que Dios nos dio para beneficio de los demás».5


1 «Ecuador recuerda 20 años de la hazaña olímpica de Jefferson Pérez», Diario El Universo, 26 julio 2016 <https://www.eluniverso.com/deportes/2016/07/26/nota/ 5710434/ecuador-recuerda-20-anos-hazana-olimpica-jefferson-perez> En línea 16 marzo 2020.
2 Frank Maridueña, «La medalla de oro que merece Jefferson Pérez», Diario El Universo, 9 abril 2016 <https://www.eluniverso.com/deportes/2016/04/09/nota/ 5512053/medalla-oro-que-merece-jefferson-perez> En línea 16 marzo 2020.
3 Ibíd.
4 Fundación «Jefferson Pérez Quezada» <http://www.fundacionjeffersonperez.org/fundacion.php> En línea 16 marzo 2020.
5 «Las vivencias de un campeón, Jefferson Pérez», Diario El Universo, 1 diciembre 2011 <https://www.eluniverso.com/2011/12/01/1/1379/ vivencias-un-campeon-jefferson-perez.html> En línea 16 marzo 2020.
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