La llegada del buque Winnipeg

18 dic 2020

(Día Internacional del Migrante)

«A fines de agosto [de 1939] el [buque] Winnipeg [que había partido de Burdeos, Francia, llegó a Arica, el primer puerto en el norte de Chile....

»... Una vez resuelta la documentación, una docena de [los refugiados] fueron desembarcados porque había trabajo para ellos en el norte, y el Winnipeg navegó hacia el sur de ese “largo pétalo [de mar y vino y nieve”, como habría de describir el poeta Pablo Neruda el delgado país de Chile]. A bordo, una expectación callada se iba apoderando de los refugiados españoles [exiliados a causa de la guerra civil que se había librado en su patria]. El 2 de septiembre vieron el perfil de Valparaíso, su destino final, y al anochecer el barco fondeó frente al puerto....

»... Por la mañana el Winnipeg atracó por fin en Chile.... Nadie a bordo esperaba la acogida que recibieron.... La multitud apiñada detrás de cordones de contención, con pancartas y banderas de España, de la República, de Euskadi y de Cataluña, los vitoreaba en un solo clamor ronco de bienvenida. Una banda musical tocaba los himnos de Chile y de la España republicana.... La canción nacional de Chile resumía en pocas líneas... el espíritu hospitalario y la vocación de libertad del país que los recibía: “Dulce patria, recibe los votos / con que Chile en tus aras juró. / Que o la tumba serás de los libres, / o el asilo contra la opresión.”

»En la cubierta, los rudos combatientes, que tantas pruebas brutales habían sufrido, lloraban.... Cada refugiado pasó primero frente a una tienda de Sanidad para ser vacunado, y después cayó en brazos de Chile, como lo expresaría años más tarde [uno de los líderes de los refugiados], cuando pudo darle las gracias personalmente a Pablo Neruda [por haber habilitado aquel viejo buque de carga para transportar a Chile a dos mil y tantos de los exiliados].»1

Así narra la escritora chilena Isabel Allende, en su novela histórica titulada Largo pétalo de mar, la emocionante historia de la llegada a Chile de aquellos refugiados españoles. Habiendo vivido ella misma una experiencia semejante al verse obligada a huir de su Chile natal y refugiarse en Venezuela, no sólo se identifica con esas víctimas de la Guerra Civil Española, sino también identifica tanto el problema como la solución. «Todo el tema de este libro es que debes vivir con el corazón abierto», dijo Allende en una entrevista al respecto.2

Más vale que pongamos en práctica ese consejo de la escritora chilena, que atañe no sólo al corazón de los refugiados sino también al corazón de los que pueden ofrecerles «asilo contra la opresión», pero que tal vez no sientan la necesidad de hacerlo. Abrámosles nuestro corazón a los refugiados y desamparados que nos rodean, no sea que nos censuren las siguientes palabras de San Juan: «¿Cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón?»3


1 Isabel Allende, Largo pétalo de mar (Nueva York: Vintage Español, 2019), pp. 153-57.
2 Coco Campbell, «En su nueva novela, Isabel Allende da vida a la historia de los refugiados», ACNUR (La Agencia de la ONU para los Refugiados), Londres, 5 marzo 2020 <https://www.acnur.org/noticias/historia/2020/3/5e60051f4/ en-su-nueva-novela-isabel-allende-da-vida-a-la-historia-de-los-refugiados.html> En línea 22 marzo 2020.
3 1Jn 3:17 (RVC)
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