El terremoto más desastroso de la década de 1940

5 ago 2020

(Aniversario del Terremoto de Ambato)

En los primeros meses de su gobierno, el presidente del Ecuador Galo Plaza tuvo que afrontar una dura prueba de la naturaleza: el terremoto más desastroso de la década en todo el hemisferio occidental. La historia lo recuerda como el Terremoto de Ambato, pero lo cierto es que afectó a tres provincias con una intensidad de 7.5 en la escala de Richter. Causó seis mil muertos y miles de heridos, y dejó a la intemperie a más de diez mil personas, ocasionando pérdidas económicas de más de cien millones de dólares. Sucedió el 5 de agosto de 1949, a las dos y diez de la tarde.

El Presidente Plaza no dejó que pasara más de una hora antes de movilizarse a la zona del sismo, donde evaluó el desastre y sentó las bases de ayuda de emergencia inmediata y de reconstrucción a largo plazo. En la revista Coronet de Nueva York se cuantificaron los daños en los siguientes términos:

«En unos cuantos segundos de horror la población de Pelileo había desaparecido; no había quedado ni un solo edificio. En Ambato, ciudad de 35.000 habitantes, la destrucción era completa en un 70%. Baños y Píllaro, con una población de 10.000, y Guano, con una población de 12.500, esta última en la Provincia de Chimborazo, habían perdido el 90% de sus edificios y viviendas. Aldeas enteras y comunidades agrícolas habían desaparecido por completo, tragadas por la tierra.»1

El gobierno de España organizó una corrida de toros en beneficio de los damnificados, trayendo desde la península española ejemplares de diversas ganaderías, con un cartel excepcional compuesto por Félix Rodríguez, Pepe Dominguín y Luis Miguel Dominguín, y con la presencia del Presidente Galo Plaza, el Gabinete en pleno y el Embajador de España. La corrida tuvo lugar en una plaza improvisada en el fondo noroeste del futuro Estadio Olímpico Atahualpa, que estaba en construcción, aprovechando la media circular que ya se había terminado de construir, y cerrando el círculo con unos tendidos de madera. Fue un éxito total, recaudándose una suma considerable de sucres ecuatorianos.2

También en beneficio de los damnificados, el equipo de fútbol Millonarios de Bogotá, Colombia, costeó sus propios viáticos para jugar un partido amistoso contra el Barcelona de Guayaquil en el Estadio Capwell, presidiendo el acto el Presidente Galo Plaza, con goles de los legendarios jugadores Adolfo Pedernera y Alfredo Di Stéfano. Como resultado se recaudaron más de doscientos mil sucres.3

Lo curioso del caso es que Galo Plaza Lasso, durante sus años de formación en el Ecuador, fue no sólo futbolista sino también torero.4

Mostrando respeto por las leyes y tolerancia con sus enemigos, en 1952 el Presidente Galo Plaza le entregó el poder a su adversario político vencedor en una emotiva jornada cívica, en la que dio ejemplo al invocar la ayuda de Dios para su sucesor.5 Más vale que, así como aquel presidente ecuatoriano, también nosotros sigamos el consejo de San Pablo de orar no sólo por nuestros semejantes, «pidiéndole [a Dios] que les muestre su bondad y los ayude», sino también por nuestros gobernantes, «para que podamos vivir en paz y tranquilos, obedeciendo a Dios y llevándonos bien con los demás». Pues así agradamos a Dios nuestro Salvador, que quiere que todos nos salvemos.6


1 Miguel Albornoz, Galo Plaza «ecuatoriano universal» (Quito: Nueva Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», 1988), pp. 152-55 <https://www.academia.edu/27892865/Galo_Plaza_el_ecuatoriano_universal_por_Miguel_Albornoz> En línea 16 marzo 2020.
2 Jorge Guevara-Segarra, «Apuntes sobre la historia taurina de Quito, Ecuador (IV)», 22 marzo 2014 <http://www.opinionytoros.com/tribuna.php?Id=1545> En línea 11 marzo 2020.
3 «Barcelona se lució jugando con Millonarios», Revista Tribuna — Semanario de los Deportes, Quito, 3 septiembre 1949, en Con sabor a gol: Biblioteca del fútbol ecuatoriano, Kintto Lucas, Editor Volumen II (Quito: FLACSO Sede Ecuador, 2006), p. 112 <https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/50307.pdf> En línea 11 marzo 2020.
4 Albornoz, pp. 41-49.
5 Ibíd., p. 178.
6 1Ti 2:1-4 (TLA)
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