«Me casé con un hombre demasiado bueno»

16 sep 2017

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Después de una larga relación de noviazgo, me casé con un hombre muy especial, muy bueno. Tengo tres años de casada. Lo que siempre he admirado de él es su generosidad.... Es demasiado bueno en todo y con todos. Se cree todas las mentiras, lo han estafado, le deben y él no hace nada, y no tiene carácter ni voz de mando para nuestro hijo de dos años....

»Quiero alejarme de él porque no quiero ver cómo se hunde en su propia tolerancia.... Yo lo amo, pero no sé qué hacer. Después de ver su bondad, tolerancia y buen juicio como virtud, ahora los veo como defecto.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»... La última declaración que usted hace es muy interesante, porque admite que [su esposo] no ha cambiado; es usted quien ha cambiado. Antes consideraba las cualidades de él como virtudes, pero ahora las ve como defectos. Las cualidades de su esposo han sido siempre las mismas, pero usted dejó de ser alguien que muestra aprecio y admiración y se convirtió en alguien que critica y rechaza.

»Toda persona casada descubre cualidades en su cónyuge que son indeseables. No hay persona alguna que tenga sólo características positivas. De modo que cualquiera que se casa está de acuerdo en aceptar tanto lo positivo como lo negativo. Por eso los votos nupciales dicen: “en riqueza, en pobreza, en enfermedad y en salud”. La “pobreza” y la “enfermedad” son términos generales que se refieren a condiciones que no se consideran positivas. Cuando usted hizo esos votos, prometió aceptar lo negativo junto con lo positivo.

»Los votos nupciales también tienen la frase “hasta que la muerte nos separe”. ¿Dijo usted en serio esas palabras cuando las pronunció?

»¿Y qué de su hijo? Si usted se separa de su esposo, no hay duda de que tendrá un efecto negativo sobre su hijo. Según varios estudios, los niños que crecen en hogares quebrantados corren mayor riesgo de comportamiento criminal, suicidio adolescente, indigencia, drogadicción, y trastornos del comportamiento y de la mente.

»En lugar de abandonar su matrimonio, le recomendamos que ponga todo su empeño en salvarlo. Tome un curso para disciplinar a los hijos acompañada de su esposo, y pónganse de acuerdo en cuanto a medidas prácticas que él puede tomar para disciplinar mejor a su hijo. Tomen todas las decisiones económicas juntos como pareja para evitar que su esposo vuelva a caer víctima de más estafas. De ser posible, consulten a un consejero profesional para matrimonios que les ayude a ambos a ajustar las expectativas poco realistas que tienen el uno del otro.

»Dios quiere que su matrimonio tenga éxito, por el bien de usted, el bien de su hijo y el bien de su esposo. Él los ama a cada uno de ustedes y tiene un plan perfecto para su vida. Pídale a Dios que le ayude a sacar adelante su matrimonio.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 321.

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