3 dic 2025

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de nuestro puño y letra
La impronta de Carlos J. Finlay en el Canal de Panamá
por Carlos Rey

(Día de la Medicina Latinoamericana — Natalicio de Carlos J. Finlay)

«La fiebre amarilla fue una enfermedad que trajo desolación y muerte en las colonias españolas de América. Era conocida en la región de Yucatán como cocolitzlé [antes de] la llegada de los conquistadores.... El historiador López de Gómara en el siglo XVI se refería a la enfermedad diciendo: “Poníanse los españoles de color de tiricia, o mal amarillo”1.... En el siglo XVIII fue denominada enfermedad del vómito negro, y por último, los ingleses la denominaron [fiebre amarilla].»

Así reza la introducción de la doctora argentina Alicia M. Damiani a su artículo sobre la impronta de Carlos J. Finlay en el Canal de Panamá, publicado en la Revista de la Asociación Médica Argentina en marzo de 2016.2 Por su parte, el historiador médico cubano José López Sánchez, en su obra titulada Finlay: el hombre y la verdad científica, considera que «la fiebre amarilla fue el problema más serio que tuvieron que enfrentar los constructores del Canal de Panamá». Para comprobarlo, relata que «cuando le preguntaron a [William Henry] Aspinwall, el contratista del primer ferrocarril, cuántas vidas había costado la obra, Aspinwall respondió: “De los 82 mil empleados, 52 mil padecieron de vómito negro y 22 mil fallecieron de fiebre amarilla o paludismo”.»3

Tal vez la muerte de aquellos no haya sido en vano debido a la impronta que dejó el eminente médico cubano Carlos J. Finlay en la construcción del canal. La doctora Damiani la resume explicando que Finlay «dedicó su vida al estudio de la fiebre amarilla y descubrió que su agente transmisor era el mosquito Aedes aegypti. Si bien durante veinte años su descubrimiento no fue tenido en cuenta por el mundo académico de la época, su teoría fue confirmada y permitió el saneamiento de la isla de Cuba, que fue liberada de nuevas epidemias. A fines del siglo XIX, la fiebre amarilla fue una de las causas del fracaso de la compañía francesa que intentó construir sin éxito un canal interoceánico en Panamá. En 1904, los estadounidenses, teniendo en cuenta estos antecedentes y llevando a la práctica lo aprendido con Finlay en el saneamiento de Cuba, lograron con éxito la construcción del Canal de Panamá.»4

De ahí las siguientes palabras del estadista panameño José Daniel Crespo inscritas en el monumento a Finlay en la Plaza de Francia en la Ciudad de Panamá: «El descubrimiento de la trasmisión del germen de la fiebre amarilla por el Dr. Carlos J. Finlay en 1881 no sólo marca una época en la historia científica del mundo, sino que es de especial significación para Panamá. Sin este descubrimiento que hizo posible el saneamiento de las zonas tropicales, la gran obra del Canal de Panamá no habría podido hacerse sin ingente sacrificio de vidas. El pueblo y el gobierno de Panamá, agradecidos del ilustre sabio cubano, perpetúan su recuerdo.»

Ahora sólo nos queda a nosotros agradecer a Dios por haber dotado al doctor Finlay de semejante sabiduría y por habernos dado a su Hijo Jesucristo para sanear nuestra alma de la epidemia del pecado.5


1 Francisco López de Gómara, Historia general de las Indias y vida de Hernán Cortés (Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1991), p. 102 <https://libreria.clacso.org/biblioteca_ayacucho/publicacion.php?p=1627&b=4> En línea 25 junio 2025.
2 Alicia M. Damiani, «Carlos J. Finlay (1833-1915): Su impronta en el Canal de Panamá en el centenario de su muerte», Revista de la Asociación Médica Argentina, Vol. 129, Número 1 (marzo) de 2016, p. 33 <https://images.app.goo.gl/7Xq2k4oruPXaRCn5A> y <https://docs.bvsalud.org/biblioref/2024/02/835484/revista-n1-2016-33-39.pdf> En línea 25 junio 2025.
3 José López Sánchez, Finlay: el hombre y la verdad científica, Instituto Cubano del Libro (La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1986, 2007, 2024), Edición Kindle, pp. 32-33.
4 Damiani
5 Mt 1:21; Jn 1:29; 3:16; 1Jn 1:7-9; 3:5