23 sep 2021

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«Cuatro años bastan»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Soy viudo desde hace cuatro años. Quedé con dos hijos, uno de treinta y dos, y otro de veintiséis. El mayor se casó.

»Hace siete meses me comprometí con una señora de cuarenta años porque no quiero estar solo. Pero mi hijo de veintiséis se quedó en la casa.... y es un muchacho un poco difícil. Quiero saber si hice bien.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»Nos alegra que nos haya consultado. Trataremos de ayudarlo, pero no sabemos si está más preocupado de que su compromiso sea un problema para su hijo, o de cómo su prometida va a lidiar con el tener en casa a un hijo adulto después de que se hayan casado.

»Si usted está preocupado por el bienestar de su hijo adulto, le recomendamos que lea el Caso 92 en www.conciencia.net. En ese Caso explicamos en detalle cómo es que los viudos y las viudas no necesitan el consentimiento de sus hijos adultos para volver a casarse. Si bien fue muy prudente el haberles dado a sus hijos un margen de cuatro años para ajustarse a la pérdida de la mamá, y a pesar de que no debe esperar que ellos jamás se repongan de la muerte de ella, cuatro años bastan para que un adulto sano se ajuste a tal pérdida.

»Si es posible, sería mejor para todos si usted pudiera mudarse de la casa en que vivió con la madre de sus hijos. Es muy difícil para los hijos el ver a otra mujer en la misma casa donde vivió la madre, cocinando en la misma cocina donde ella cocinaba, y sentada a la misma mesa del comedor. Al mudarse de esa casa, usted puede tener un nuevo comienzo después de casado.

»Una de las opciones que pudiera considerar es mudarse con su nueva esposa a una casa más pequeña y prestarle a su hijo menor el dinero que él necesitaría para mudarse a una casa distinta o un apartamento, tal vez con compañeros de cuarto. No estamos sugiriéndole que pague los gastos mensuales de él, sino sólo que lo ayude con el considerable gasto que representa la mudanza.

»Es obvio que su prometida no tendría tanta dificultad con su hijo si usted no planeara que ellos vivieran juntos en la misma casa después del matrimonio. Es más, si su hijo ya resiente la presencia de ella en la vida de usted, es importantísimo que usted no espere que él llegue a vivir en paz con ella bajo el mismo techo.

»Es probable que su hijo piense que no está haciendo más que defender a la mamá. Tal vez sienta que tiene que proteger la memoria de ella, y que usted la está traicionando al cultivar una nueva relación sentimental....

»Si usted no le ha pedido a Dios que le dé sabiduría, le recomendamos que lo haga de inmediato. Dios sabe lo que más les conviene a usted, a su hijo y a su nueva esposa. Si usted está dispuesto a seguir en los caminos de Dios y permitir que Él lo guíe, podrá sobreponerse a esta dificultad actual y seguir adelante hacia un futuro más promisorio.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 661.