16 sep 2021

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de nuestro puño y letra
El «Grito de Dolores»
por Carlos Rey

(Día de la Independencia de México)

Lamentablemente hay ciertas dudas sobre lo que sabemos acerca del Grito de Dolores que dio inicio a la Independencia de México el 16 de septiembre de 1810. Pero algunos consideran que es aún más lamentable que no haya duda alguna de que no sabemos con certeza si el Grito se dio tal y como lo han enseñado los libros de texto de educación básica en México.

Es que cada año millones de mexicanos se reúnen con sus familias para celebrar ese Grito. Miles de ellos se concentran en el Zócalo de la Ciudad de México con el fin de presenciar el momento, a eso de las once de la noche de la víspera, en que el presidente de la nación da el tradicional Grito, que ellos a su vez repiten. Luego lo festejan con fuegos artificiales, platillos típicos como quesadillas, «gorditas», molotes, tostadas, pozole, chalupas, enchiladas, buñuelos bañados con miel, y muchos otros antojitos, amenizados por la música de mariachis y bandas. Y por si todo eso fuera poco, la celebración se extiende con un desfile militar el día siguiente, día en que el prócer y sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como el «Padre de la Patria», dio el famoso Grito de Dolores.1

Una de las divergencias en los libros de historia patria es precisamente qué gritó Hidalgo aquella mañana en que hizo sonar las campanas en su parroquia del pueblo de Dolores. Según el historiador mexicano Carlos Herrejón Peredo, especialista en el movimiento independentista, hay dos tendencias que se han superpuesto a las versiones del Grito. La corriente nacionalista, patriótica, quiere hacer que Hidalgo haya gritado: «¡Viva la independencia!» En cambio, la corriente crítica, académica, dice que gritó más bien: «¡Viva Fernando VII!»

«Pues bien —aclara Herrejón—, hubo un testigo presencial», Juan Aldama, que nos dice que Hidalgo exhortaba a la muchedumbre que se había reunido a que se unieran con él para defender el reino, el país, porque los españoles querían entregarlos a los franceses. Según Aldama, lo que dijo Hidalgo fue: «Se acabó la opresión», «se acabaron los tributos» y, por último: «A los que me sigan, les ofrezco pagarles un peso a los de a caballo, y medio peso a los de a pie.» De modo que Hidalgo «no dijo: “¡Viva Fernando VII!”, pero tampoco dijo: “¡Viva la independencia!”» Hidalgo sí quería la independencia absoluta, pero no la proclamó desde el principio porque no era ni estratégico ni aconsejable hacerlo en ese momento histórico.2

De cualquier manera, Hidalgo pagó caro su Grito de Dolores. Fue capturado, juzgado por la Inquisición y por un tribunal militar, y condenado a muerte, por lo que fue fusilado el 30 de julio del año siguiente. Gracias a Dios, a diferencia de esos dos tribunales, Él no nos condena por buscar nuestra independencia espiritual absoluta. Al contrario, Dios nos anima a que clamemos a Él e invoquemos su nombre para obtener la salvación y la libertad espiritual por la que su Hijo Jesucristo fue inmolado por nosotros. Más vale que no dudemos en hacerlo.3


1 Darío Brooks, «5 mitos y verdades del “Grito de Dolores” que llevó a la independencia de México», BBC News Mundo, 15 septiembre 2018, actualizado 16 septiembre 2019 <https://www.bbc.com/mundo/noticias-45491290> En línea 31 marzo 2021; «Anécdotas de la Independencia de México», Jet News, 2 septiembre 2015 <https://jetnews.com.mx/anecdotas-de-la-independencia-de-mexico> En línea 2 abril 2021.
2 Carlos Herrejón Peredo, «Hidalgo y el grito», Entrevista con motivo del Bicentenario México 2010, 5 febrero 2009 <https://www.youtube.com/watch?v=jjXVyX_Q-yY> En línea 3 abril 2021.
3 1Sa 7:9; 1Cr 5:20; 2Cr 14:11; Sal 34:6; 91:15; Jer 33:3; Ro 10:8-13; 1Co 5:7; 2Co 6:2; Ap 13:8