28 jul 2021

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de nuestro puño y letra
«Somos libres»
por Carlos Rey

(Día de la Independencia del Perú)

(Himno cantado por Carlos Rey en audio y en video)

Después de proclamar la independencia del Perú [aquí] en la Plaza de Armas de Lima, el Libertador José de San Martín, con el fin de avivar la llama del patriotismo, convocó a un certamen mediante el cual se escogería la marcha nacional. Entre las siete composiciones que concursaron el 18 de septiembre de 1821, sobresalió una del maestro José Bernardo Alcedo. No bien había terminado Alcedo la última ejecución de la pieza, San Martín se puso de pie y exclamó: «¡Sin disputa, éste es el Himno Nacional del Perú!»

Al día siguiente se firmó el decreto que confirmaba la opinión expresada por el recién nombrado Protector del Perú. Cuatro días después, el 23 de septiembre, se estrenó el Himno Nacional en el Teatro de Lima, interpretado por Rosa Merino, quien cantó las estrofas originales de José de la Torre Ugarte.1 He aquí la primera estrofa y el coro como se cantan en la actualidad:

Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró;
condenado a una cruel servidumbre,
largo tiempo (largo tiempo, largo tiempo) en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado
«¡Libertad!» en sus costas se oyó,
la indolencia de esclavo sacude,
la humillada (la humillada, la humillada) cerviz levantó.
la humillada cerviz levantó (cerviz levantó).

Somos libres, seámoslo siempre (seámoslo siempre),
y antes niegue sus luces (sus luces, sus luces) el sol,
///que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.///

La sexta y última estrofa dice así:

En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.

No basta con que hayamos elevado como patria aquel voto solemne al Eterno. Es necesario que cada uno, a título personal, «renovemos ese gran juramento que rendimos al Dios de Jacob». Si conocemos la verdad, el «grito sagrado ¡Libertad!» procederá de nuestro interior. Esa verdad consiste en reconocer que todos, como pecadores, somos esclavos del pecado, que es urgente que nos libremos de esa servidumbre, y que el Libertador que levantó la humillada cerviz del pecador es Jesucristo. Pues sólo seremos verdaderamente libres si nos libera el Hijo de Dios, el Eterno Protector de nuestra alma.2


1 <http://www.yachay.com.pe/especiales/fiestas‑patrias/simbolos.shtml> En línea 29 oct 2003; <http://www.redperuana.net/elpais/simbolos.htm> y <http://www.redperuana.net/elpais/letrahimno.htm> En línea 29 oct 2003; Ricardo Palma, «La tradición del Himno Nacional», Tradiciones peruanas (México: Editorial Porrúa, 1969), pp. 197‑97.
2 Jn 8:32‑36