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(Día de la Independencia del Perú) (Himno cantado por Carlos Rey en audio y en video) Después de proclamar la independencia del Perú [aquí] en la Plaza de Armas de Lima, el Libertador José de San Martín, con el fin de avivar la llama del patriotismo, convocó a un certamen mediante el cual se escogería la marcha nacional. Entre las siete composiciones que concursaron el 18 de septiembre de 1821, sobresalió una del maestro José Bernardo Alcedo. No bien había terminado Alcedo la última ejecución de la pieza, San Martín se puso de pie y exclamó: «¡Sin disputa, éste es el Himno Nacional del Perú!» Al día siguiente se firmó el decreto que confirmaba la opinión expresada por el recién nombrado Protector del Perú. Cuatro días después, el 23 de septiembre, se estrenó el Himno Nacional en el Teatro de Lima, interpretado por Rosa Merino, quien cantó las estrofas originales de José de la Torre Ugarte.1 He aquí la primera estrofa y el coro como se cantan en la actualidad:
La sexta y última estrofa dice así: En su cima los Andes sostengan No basta con que hayamos elevado como patria aquel voto solemne al Eterno. Es necesario que cada uno, a título personal, «renovemos ese gran juramento que rendimos al Dios de Jacob». Si conocemos la verdad, el «grito sagrado ¡Libertad!» procederá de nuestro interior. Esa verdad consiste en reconocer que todos, como pecadores, somos esclavos del pecado, que es urgente que nos libremos de esa servidumbre, y que el Libertador que levantó la humillada cerviz del pecador es Jesucristo. Pues sólo seremos verdaderamente libres si nos libera el Hijo de Dios, el Eterno Protector de nuestra alma.2 |
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