27 ene 2021

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de nuestro puño y letra
«Cuando te sientas cansado de vagar»
por Carlos Rey

(Aniversario de la Muerte del Hermano Pablo)

(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video)

Era el 5 de octubre del año 2001. Se encontraba en Santa Cruz, Bolivia, hospedado en el Hotel Los Tajibos. Al salir del restaurante del hotel, se acercó a un trío de guitarristas que estaban preparándose para amenizar la cena de los clientes.

—Señores, ¿se saben la canción «La barca»? —les preguntó.
—¡Cómo no, Hermano Pablo! —respondieron asombrados, y se dispusieron a entonar la famosa canción.
Antes de que comenzaran a cantar la primera estrofa, el Hermano Pablo les dijo:
—Esta vez imagínense que comienza hablando Dios:

Dicen que la distancia es el olvido,
pero yo no concibo esa razón.
Porque yo seguiré siendo el cautivo
de los caprichos de tu corazón.

—Ahora habla el hombre —señaló el Hermano Pablo:

Supiste esclarecer mis pensamientos.
Me diste la verdad que yo soñé.
Ahuyentaste de mí los sufrimientos
en la primera noche que te amé.

—Nuevamente habla Dios —interpuso el Hermano Pablo:

Hoy mi playa se viste de amargura,
porque tu barca tiene que partir
a cruzar otros mares de locura.
¡Cuida que no naufrague en tu vivir!

—Y Dios concluye —terminó de explicar el Hermano Pablo:

Cuando la luz del sol se esté apagando,
y te sientas cansada de vagar,
piensa que yo por ti estaré esperando
hasta que tú decidas regresar.

Si bien es cierto que el Hermano Pablo se toma licencia poética en su concepción de la letra de la conocida canción del compositor mexicano Roberto Cantoral, también es cierto que esa posible interpretación refleja el carácter de Dios. Jesucristo compara implícitamente al Padre celestial con el padre de un hijo insensato que malgasta toda su herencia durante un lapso de rebeldía juvenil. Aquel padre, cautivo de los caprichos del corazón de su hijo perdido, como dice la canción, se aflige a raíz de la partida de aquella barca «a cruzar otros mares de locura»; porque, a pesar de todo, corre a recibir al hijo con los brazos abiertos cuando éste vuelve a casa arrepentido.1 De ahí que Dios bien pudiera cantarnos a nosotros:

Cuando la luz del sol se esté apagando,
y te sientas cansado de vagar,
piensa que yo por ti estaré esperando
hasta que tú decidas regresar.

1 Lc 16:11‑32