18 ene 2021

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de nuestro puño y letra
«El libertador de las letras americanas»
por Carlos Rey

(Natalicio de Rubén Darío)

Durante la Semana del Centenario del Nacimiento de Rubén Darío, uno de los oradores invitados por el gobierno nicaragüense como «Huésped de Honor de la ciudad de Managua» fue el escritor Germán Arciniegas. He aquí algunos pasajes de la ponencia del eminente historiador colombiano el 19 de enero de 1967 en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua:

«El más grande poeta [del siglo veinte] en nuestra América nació en Chocoyos o Metapa [Nicaragua].... Es evidente que la circunstancia de que... hubiera nacido [en cama de cuero] en una de las más miserables casas del mundo, aunque fuera la mejor de Metapa... colocan a Darío en la entraña virgen y auténtica de América.... Tenía que ser el niño de Metapa quien pudiera explicarle al mundo la infinita ansiedad del hombre americano....

»... Porque... el hombre de provincia es el hombre que conoce mejor que ningún otro aquellas raíces auténticas de América. Nosotros... conocemos nuestra gente... nuestros problemas inmediatos... porque son la esencia misma de nuestra vida....

»... En realidad, les llevamos una gran ventaja a los europeos... porque toda la América nuestra es provinciana....

»... Nadie más infinitamente provinciano, ante los ojos de los grandes sacerdotes de la ciudad admirable que era Jerusalén, que el pobre hijo de un carpintero de Nazaret. En realidad, estaban en su derecho tradicional los sacerdotes de la sinagoga al despreciar a aquel niño provinciano que traía entre sus manos nada menos que el mensaje que ha conmovido y revolucionado al mundo en veinte siglos....

»[De modo] que hay una razón lógica y profunda para que sea justamente de Metapa, de donde venga a surgir, el Libertador de las letras americanas. Todo lo que hay de revolucionario en la obra de Darío tiene su raíz directa en esta parte, en la provincia....

»En realidad, ocurrió el caso extraordinario y maravilloso de que hasta los españoles se sintieron liberados por un libertador de nuestra América, quien sacó el idioma de [sus rígidas] cápsulas [tradicionales] y lo hizo vibrar en una música de versos. Y en la misma forma Darío llegó a dominar, con un señorío propio y nuevo, mundos que parecían nunca jamás dispuestos a dejarse someter por un indiano, por un nativo de una pobre aldea....

»... Cuando veo que él conquista a Europa sencillamente por el genio de su poesía (que hace de ella como una especie de bailarina que se mueve al embrujo de su música), encuentro que él realiza la conquista al revés, que él va, al cabo de tanto tiempo de conquistada América, a conquistar España, a conquistar Europa, para que nos paguen un cierto tributo.»1

Más vale que, así como Germán Arciniegas reconoce el genio de la poesía de Rubén Darío al igual que el genio del mensaje de Jesucristo, también nosotros reconozcamos que ese mensaje del «pobre hijo de un carpintero de Nazaret», de cuna tan humilde y provinciana como la de Darío, sigue conmoviendo y revolucionando al mundo en el siglo veintiuno. De ser así, ocurrirá en nosotros el caso extraordinario y maravilloso de sentirnos liberados por el Libertador de las almas «de toda raza, lengua, pueblo y nación».2


1 Germán Arciniegas, «Rubén, o el sentido universal del hombre americano» en El libro de oro de Rubén Darío: Semana del Centenario del Nacimiento de Rubén Darío, Ministerio de Educación Pública, Comisión Nacional del Centenario (Managua, Nicaragua: Editorial Nicaragüense, 1967), pp. 162-69.
2 Ap 5:9