(Partido Premundial Chile-Bolivia)

Por lo general, los récords que batimos los consideramos motivo de orgullo. Pero hay ciertos récords que pueden considerarse más bien como extraños y no como prodigiosos debido a que no son deliberados. Tal es el caso de dos récords que batió la Selección Nacional de Fútbol de Bolivia, documentados por el reconocido historiador y periodista boliviano amante del fútbol, Carlos Mesa:

«Sin ninguna duda, el Mundial de Estados Unidos 1994 fue el más importante que jugó Bolivia —afirma Mesa—. Quizás la razón más destacada que lo explica es que la selección que logró la clasificación en 1993 se convirtió en un símbolo de unidad nacional. El episodio de la fiebre futbolística que vivió el país entre julio y septiembre de [ese año] puede ser considerado uno de los más importantes, no sólo para el deporte sino para la propia historia del país. Pocas veces en su vida republicana la nación había encontrado un factor de orgullo colectivo como este.

»... En un campeonato integrado por veinticuatro equipos, a Bolivia le tocó disputar el grupo C junto a Alemania..., España y Corea del Sur en las ciudades de Chicago y Boston. La selección tuvo el privilegio de jugar el partido inaugural contra el campeón mundial de 1990, la selección alemana... el 17 de junio de 1994 en el estadio Soldier Field de Chicago....

»A los 34 minutos [del segundo tiempo] Azkargorta [el director técnico de Bolivia] envió a la cancha [a] Etcheverry en sustitución de Ramallo. [«El Diablo» Etcheverry] había trabajado meses en recuperarse de la grave lesión de ligamento cruzado de su rodilla sufrida en el Colo Colo de Chile. El ingreso [de aquel] símbolo de Bolivia generó mucha expectativa. [Pero] menos de tres minutos después, una jugada fuerte de Matthaus en su contra provocó una reacción del Diablo...: cometió una infracción [también] fuerte. El árbitro, Arturo Brizzio de México, que como mucho debió sacar [la tarjeta] amarilla [de advertencia, le mostró la tarjeta roja, con la que] expulsó al jugador nacional y le frustró el Mundial. [Fue] la expulsión más rápida de la historia de este torneo. El partido concluyó con triunfo alemán por la mínima diferencia.

»El 23 de junio, en el estadio Foxboro de Boston.... Bolivia y Corea del Sur jugaron el partido más largo [de ese] Mundial ante la decisión del árbitro Leslie W. Motram de Escocia de dar un total de 14 minutos de adición en la suma de ambos tiempos. [Fue] el cotejo más largo de la historia de los Mundiales, sin contar los alargues y penales.... Duró 104 minutos [y] terminó [empatado] 0 a 0», concluye Mesa.1

Gracias a Dios, en la Copa Personal de nuestra vida, que es el torneo al que clasificamos todos, no hay encuentro alguno en que Él, como el Juez de nuestra conducta en el terreno, tome la decisión de expulsarnos sin habernos dado primero una advertencia. Pero más vale que acatemos cada advertencia que ya nos ha dado en su Reglamento de Conducta Moral y Espiritual, que es la Biblia... no sea que Él tenga que mostrarnos la tarjeta roja en el último partido —el más largo de todos— y perdamos la vida eterna que su Hijo Jesucristo vino a darnos.2