11 ene 2020

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«Mis padres murieron asesinados»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Hace muchos años mis padres murieron asesinados.... Siempre recuerdo la escena, y pido a Dios que me ayude a liberarme un poco de esos recuerdos. Mi abuelita, una tía y algunos familiares nos ayudaron [a mi hermana y a mí] a seguir adelante. Ahora somos mujeres profesionales con muchas metas por cumplir.

»Sin embargo, me cuesta mucho entender lo que sucedió, y... lloro y pido a Dios no vivir más. Siento que caigo en depresión por cualquier cosa. Así como hay días en los que estoy bien, hay otros en los que no quisiera seguir más. No sé qué hacer. Quisiera ser más fuerte. ¿Dios perdonará todos esos pensamientos que tengo? ¿Él podrá ayudarme a salir de esto?»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»¡Qué triste es su caso! Sentimos mucho lo que usted está sufriendo ahora, y lo que sufrió cuando era niña. Nadie debiera tener que soportar semejantes experiencias y recuerdos, además de la pérdida de ambos padres. Tenga por seguro que nos interesa su bienestar y queremos que vuelva a escribirnos y a contarnos cómo le está yendo.

»Usted nos pregunta si Dios la perdonará por los pensamientos de suicidio y por la depresión. Lo que tal vez no sepa es que sus pensamientos están compuestos de sustancias químicas y de impulsos eléctricos en su cerebro. Es muy probable que el trauma que sufrió a temprana edad alterara las sustancias químicas en su cerebro a tal grado que le es imposible deshacerse de esos pensamientos sin ayuda externa. Claro que Dios no la considera responsable por algo que usted no puede controlar. Así que no necesita pedirle perdón por lo que usted está pensando. No hay nada que perdonar.

»Todos, sin excepción, hemos pecado y todos necesitamos el perdón de Dios. Él sacrificó a su único Hijo Jesucristo para que nuestros pecados puedan ser perdonados cuando se lo pedimos en el nombre de Cristo. Pero usted no necesita pedirle a Dios que la perdone por algo de lo que no es culpable.

»La otra pregunta que nos hace es si Dios puede ayudarle a vencer la depresión y los pensamientos de suicidio. Sí, Él puede. Pero por lo general Dios espera que hagamos lo que podamos de nuestra parte, para luego hacer Él lo que no podemos hacer nosotros. En el caso suyo, puede contarle a un médico sus pensamientos de suicidio. Es posible que el médico le recete algún medicamento para regular las sustancias químicas en el cerebro, o que la refiera a otro médico. Cualquiera que sea su recomendación, ¡sígala! Haga usted lo que pueda, y pídale a Dios que se encargue de lo demás.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 443.