14 sep 2019

imprimir
«¡Mejor muerto que quedarme solo!»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Estoy entrando en edad [avanzada], y aún no me he casado. ¡La idea de quedarme solo me atormenta y me enferma! Esta idea hace mucho daño a mi salud mental. Hasta he tenido pensamientos suicidas....

»Llevo años rogándole a Dios [por una mujer].... ¿Por qué Dios me hace esto? Hace años estuve enamorado. Tuve un desengaño amoroso y un problema, y fui bien rencoroso con los padres de ella y con otros envueltos en el asunto.... Aún estoy resentido. Tal vez Dios me esté castigando, y quiere que me quede solo por haber sido rencoroso....

»¡No me quiero quedar solo! ... ¡Ruego a Dios por una esposa! ¡Mejor muerto que quedarme solo!»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»Lo acompañamos en su pena. Pero ante todo, le recomendamos con urgencia que consulte a su médico y le diga que ha tenido esos pensamientos suicidas. Es posible que usted necesite atención médica. ¡Haga una cita hoy mismo!

»Usted está muy enojado con Dios, y no comprende por qué Él no ha contestado sus oraciones.... Al parecer, usted considera a Dios como un juez severo que no hace más que esperar a que alguna persona peque para poder castigarla y hacer que se sienta desdichada.

»Afortunadamente, ¡usted está muy equivocado! Dios sabía que nosotros pecaríamos, así que dispuso una manera en que su Hijo Jesucristo pagara la pena de esos pecados al morir en una cruz. Si aceptamos a Cristo y pedimos perdón en su nombre, no tenemos que recibir el castigo nosotros mismos....

»Sin embargo, el que Dios nos perdone no quiere decir que no tengamos que sufrir las consecuencias de lo que hemos hecho. Si yo meto la mano en el fuego, me quemaré. Las quemaduras no son un castigo de Dios; son la consecuencia natural de lo que hice. Puedo culpar a Dios por las quemaduras, pero soy yo quien metió la mano en el fuego, así que tengo que afrontar las consecuencias de lo que hice....

»Para llegar a tener una esposa, usted tiene que ser la clase de persona que atraiga a una mujer. Culpar a otros, resentirse y afligirse no resulta atractivo para las mujeres. Tampoco son cualidades agradables el pensar obsesivamente en el pasado y negarse a perdonar. Usted puede cambiar esos rasgos negativos al cambiar su modo de pensar.

»La mejor manera de proceder es tomar la decisión de perdonar a todos los que lo han ofendido, y luego pedirle a Dios que lo perdone a usted. Invite a Cristo a que sea su mejor amigo, y comience a comunicarse con Él mediante la oración.... Determine que va a llegar a ser una persona que ama [como Dios nos ha amado]. De ser así, es mucho más probable que usted atraiga a una mujer que considere una bendición el llegar a ser su esposa.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 426.