4 ago 2018

imprimir
Presionado a discriminar a amigos
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«He empezado a asistir a una iglesia cristiana, y me gusta lo que se enseña y las actividades que se organizan. Sin embargo, tengo amistades que cultivé mucho tiempo antes que hacen cosas que contradicen lo que la iglesia recomienda.... No considero que [esos amigos] sean malas personas. De hecho, los aprecio mucho, y en muchas ocasiones ellos y sus familias me han mostrado mucho cariño, lealtad y aprecio. No quiero alejarlos de mí, y sin embargo siento como si estuviera presionado a discriminarlos porque no llevan una vida cristiana.... He podido observar que creen en Dios, pero sin formar parte de ningún grupo cristiano. No sé qué hacer.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»La palabra cristiano significa muchas cosas diferentes para muchas personas diferentes, así que cuando usted dice que asiste a una iglesia cristiana, cada una de esas personas se formará una idea diferente de lo que usted quiere decir con eso. Millones de personas alrededor del mundo asisten a iglesias que tienen imágenes de Cristo y cruces en sus altares, así que a ellas el hecho de que usted asista a una iglesia cristiana no les parecería que exigiera nada al extremo de abandonar a sus amigos. Además, todo el mundo conoce al menos a una persona que asiste a la iglesia y sin embargo miente, engaña y carece de integridad. Por eso el asistir a una iglesia, aunque sea cristiana, no es más que una tradición para algunos y pertenecer a un club social para otros. Amigos que creen en Dios encajan perfectamente en ese tipo de actividad religiosa, ya sea que asistan o no a una iglesia.

»Sin embargo, para usted ha llegado a ser más que una tradición o que el pertenecer a un club. Usted está aprendiendo las enseñanzas de Jesucristo y ha decidido ponerlas en práctica en su vida diaria. Como resultado, ha comenzado a preguntarse si sus amigos de antaño tal vez sean una influencia negativa que afecte la decisión que ha tomado de cultivar una relación personal con Cristo. ¿Comprenderán esos amigos que las creencias cristianas que usted ahora sostiene han cambiado su forma de pensar y su estilo de vida?

»Cuando Jesús anduvo en este mundo, se hizo amigo de pecadores que eran marginados por la sociedad mientras que trataba con desdén a los líderes religiosos que estaban más interesados en las reglas de su religión que en las relaciones con los demás. De modo que, si somos seguidores de Cristo, trataremos de seguir su ejemplo. Eso quiere decir que tendremos amigos que no siguen las enseñanzas de Cristo, siempre y cuando sepan lo que creemos, respeten nuestras decisiones y no traten de ejercer influencia sobre nosotros con el fin de que abandonemos nuestras normas de conducta. Sin embargo, también debemos seguir el ejemplo de Cristo de dar a conocer el evangelio a cada uno de nuestros amigos....»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 367.