4 abr 13

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«Fotos haciendo cosas indecorosas»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Mi novia me engañó, y encontré fotos de ella con él, haciendo cosas indecorosas. Pero ella no sabía que yo tenía dichas fotografías, y lo que hice fue subirlas a la Internet [para] que todos vieran eso, [incluso] sus compañeros de clase. Le hice daño... y ahora me arrepiento.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»La Internet es una herramienta maravillosa que ha enriquecido nuestras vidas, pero también puede ser un arma destructiva capaz de herir al inocente y a la vez al culpable. A usted lo hirió el engaño de su novia,  y quiso que ella sintiera algo del dolor que usted estaba sufriendo. Así que logró su objetivo mediante el uso de la Internet. Pero tal como lo descubren la mayoría de las personas, la venganza no fue tan placentera como usted pensó que sería.

»Nunca puede borrarse de la mente lo que aparece en la Internet. Claro que puede quitar las fotos, pero el daño ya está hecho. Las imágenes produjeron reacciones en cada una de las personas que las vieron, y sin duda es por esas reacciones que usted ahora lamenta lo que hizo....

»El apóstol Pablo enseñó: “No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.”1 “Delante de todos” quiere decir que todos los demás estarán al tanto de lo que hacemos. Sin embargo, la Internet hace que sea posible hacer lo malo sin que nadie jamás se entere de quién lo hizo.

»Los blogs y los sitios en la Internet a veces se crean de manera anónima con el fin de difamar a personas y organizaciones. Las redes sociales dan refugio a delincuentes y pedófilos que acechan a los inocentes y a los incautos mediante identidades falsas. Y los adolescentes malogran la reputación de sus amigos al publicar fotos e información comprometedoras, todo sin revelar su propia identidad.

»Por supuesto que debe pedirle perdón a su ex novia por lo que usted hizo, pero es posible que ella no esté dispuesta a perdonarlo. ¿Qué puede hacer usted, entonces, para aliviar su conciencia, que con razón lo está acusando? Confiésele su pecado a Dios, y pídale que lo perdone. Si usted es sincero, y si de veras está arrepentido, Él lo perdonará. Su Hijo Jesucristo murió a fin de llevar el castigo por lo que usted hizo, así que usted no tiene que afrontar el castigo eterno que merece por su pecado.

»Sea un ejemplo de bondad, honradez e integridad. Quien es íntegro hace lo correcto aun cuando nadie lo esté observando. Haga lo debido cuando la gente puede verlo, y haga lo debido cuando la gente no puede verlo.... Tarde o temprano el recuerdo de este triste episodio desaparecerá, pero su recién cultivada integridad y relación con Cristo lo acompañarán de aquí en adelante.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 229.


1 Ro 12:17