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Caso 634

Hace seis años comencé una relación con una señorita cinco años menor que yo. Terminé la relación con ella, pero luego me involucré con su madre. Hubo muchos problemas... así que después de dos años nos separamos. Tres años más tarde volví a comenzar con la hija.... Ahora hasta pienso en el matrimonio.... Pero reconozco que cometí pecado... y que me equivoqué en el pasado al tener esa relación con su madre....

A veces me preocupa que, si me casara con ella, nuestra vida se llenaría de problemas por todo lo que sucedió con su madre. Pienso que su madre interferiría en la relación.... Quisiera que me aconsejen. Temo equivocarme.

Consejo

Estimado amigo:

Hay sobrada razón para que usted esté preocupado por las consecuencias de casarse con su novia actual. Nos imaginamos el resentimiento que hay entre la madre y la hija. Pero sólo podemos especular en cuanto a lo que pudiera motivar a una madre a tener una relación con el ex novio de su hija, y lo que pudiera motivar a la hija a aceptar de regreso lo que desechó la madre.

No sabemos si usted causó los problemas entre la madre y la hija, o si simplemente llegó a intervenir por voluntad propia en los problemas de ellas dos. De cualquier manera, hay una profunda brecha entre madre e hija. La única otra posibilidad es que las dos se hayan confabulado para engañarlo o estafarlo a usted.

El que usted reconozca que ha pecado significa que la relación que mantuvo con una de ellas o con ambas era sexual. Como no estaba casado con ninguna de las dos, esas relaciones íntimas violaron las normas de Dios. Además, uno de los actos inmorales prohibidos en Levítico, que es el libro de la ley en la Biblia, es el tener relaciones sexuales con una mujer y también con su hija.1

Aunque usted sepa que se equivocó al tener tal relación con la madre, de todos modos hay consecuencias naturales de esa conducta. Dios está muy dispuesto a perdonar nuestros pecados cuando nos arrepentimos en el nombre de su Hijo Jesucristo, pero Él no quita las consecuencias naturales de esos pecados.

El pecado de mantener una íntima relación física con la madre de la novia tiene la consecuencia natural de que ella jamás podría ser una suegra imparcial para usted. ¡Claro que interferiría! ¡Y claro que se interpondría entre usted y la hija!

Lo que a usted más le conviene es desaparecer de la vida de las dos. Para que ellas algún día puedan restaurar la relación entre las dos, será necesario que usted no esté presente de ninguna manera. Así que si eso significa mudarse a otra localidad, cambiar de amigos o cambiar de empleos, hágalo. Haga todo lo que sea necesario.

Si usted se casa con la hija de todos modos, puede estar seguro de que las consecuencias de su conducta pasada determinarán los dolores de cabeza y quebrantos de corazón en su futuro. Así que, si no es eso lo que usted desea, entonces le aconsejamos que no sólo le pida a Dios que perdone sus pecados, sino que también le ayude a vivir de tal manera que dejen de perseguirlo las consecuencias de su pasado.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Lv 18:17

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