20 jul 2021

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de nuestro puño y letra
«El perro de todo Cádiz»
por Carlos Rey

(Víspera del Día Mundial del Perro)

«En 1999... me fui a vivir a Cádiz —cuenta la periodista española Helena Calero en su blog Planeta Animal—. Llevaba allí apenas una semana cuando un compañero, al saber que yo tenía y siempre había tenido... perro, me [preguntó]: “¿Tú no conoces la historia de Canelo?” Y me... contó que desde 1990 un perro vivía en el Hospital Puerta del Mar esperando a su dueño fallecido allí... [y] que todo Cádiz le daba de comer y... hasta le vacunaban.

»[Así que] aquella tarde... pasé por el hospital. Sinceramente tenía mis dudas.... “¡No puede ser que un perro viva en un hospital desde hace nueve años!” [—pensé—.] Pero sí. Allí estaba, tumbado en una de las entradas sobre un colchón, con su agua y su comida.

»No se asustó cuando me acerqué, y cuando le llamé por su nombre me miró con esa mirada suya triste y vieja de sabiduría, dolor y soledad....

»A Canelo siempre se le veía con su amigo del alma, “su amo”, paseando por la ciudad, siempre juntos. El anciano padecía una enfermedad renal que le hacía acudir una vez por semana a diálisis. Según [el] personal hospitalario, el anciano, en la entrada, le decía: “Espérame aquí, compañero”, y [Canelo] allí se quedaba hasta que salía su amigo. Un mal día la diálisis se complicó, y [el anciano no volvió a salir porque] falleció. Canelo siguió allí, esperando como [se le había] pedido.... Doce años, con lluvia, con frío o calor, allí se quedó, en la puerta.

»[En dos ocasiones había sido] denunciado y trasladado a la perrera. [Pero en las dos] Canelo se dejaba morir. [Así que] las movilizaciones de los gaditanos y sus protectoras consiguieron [que no lo sacrificaran].

»Muchas personas de todo el mundo quisieron adoptarlo, pero él no quería otro hogar, y se le respetó para que no muriera de tristeza, sintiendo que había fallado.

»La Asociación Gaditana para la Defensa y el Estudio de la Naturaleza se hizo cargo de Canelo apadrinándolo, proporcionándole las vacunas, cuidados veterinarios y los permisos necesarios para que pudiera seguir en el hospital esperando a su amigo humano....

»Canelo paseaba por los alrededores del hospital y a veces se ponía a tu lado en el paso de [peatones] para cruzar a la vez que tú.... Fue en ese paso de [peatones], que tantas veces cruzó acompañado, donde encontró la muerte atropellado por un [vehículo] el 9 de diciembre de 2002.

»Todo Cádiz lo lloramos —concluye la periodista española—. Fue primera página en la prensa local.... Después de su muerte... se le dedicó una calle (adyacente al hospital), y en su muro se colocó una placa conmemorativa que reza así: “A Canelo, que durante 12 años esperó a las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz, como homenaje a su fidelidad: Mayo de [2003].”»1

Bien se ha dicho que «no hay compañero tan fiel como un perro, ni amigo más leal», y que «ningún amor se le puede comparar» ... excepto el amor de Dios al enviar a su Hijo Jesucristo para que diera su vida por nosotros como sus amigos del alma. ¿Qué esperamos? Correspondamos de una vez a ese amor, y amémonos los unos a los otros, como Él nos ha amado.2


1 Helena Calero, «La historia de Canelo, el perro de todo Cádiz», Planeta Animal, 11 abril 2016 <https://planetaanimalsite.wordpress.com/2016/04/11/ canelo-el-perro-de-todo-cadiz> En línea 2 marzo 2021.
2 Jn 3:16; 15:9-17