8 sep 2018

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¿Qué pensarán los futuros suegros?
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Tengo una hija con una chica. No vivimos juntos. Le he pedido que nos casemos, pero no se decide porque tiene miedo de que la familia no me acepte a mí como esposo. Ella dice que me ama y que se casaría conmigo... pero que el temor es que la familia la menosprecie.... Hemos tenido nuestros errores, pero queremos estar juntos.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»Las niñas necesitan que el padre forme parte de su vida, prestándoles atención y mostrándoles afecto sano, a fin de que no se sientan tentadas a ir en busca de amor de personas indebidas cuando sean mayores. Esperamos que usted pueda resolver esta situación para que no sea así en el caso de su hija.

»Sin embargo, debe preguntarse si las objeciones de los padres de su novia bien pudieran ser razonables. Trate de ver las cosas desde la perspectiva de ellos a fin de saber cómo resolver lo que a ellos les preocupa.

»Casi todas las familias culpan de un embarazo no deseado al que no es de la familia. Así que, haya tenido o no la culpa del embarazo y de la hija no planeada, es casi seguro que los padres de su novia juzgaron que sí la tenía. A juicio de ellos, lo más probable es que usted se aprovechó de la debilidad de la hija y la dejó embarazada, tal vez destruyendo así todos los sueños que ellos tenían para ella. Por eso a ellos les parece que a usted le falta la entereza de carácter que deseaban que tuviera el esposo de su hija. Ahora, en todo lo que usted dice y hace, necesita demostrarles que sí tiene esa entereza de carácter.

»¿No será que a los padres de su novia les preocupa la capacidad suya para hacerse cargo del sustento económico de una esposa y una hija? Si ellos actualmente están sustentando a la hija y a la bebita, entonces le toca a usted comenzar a trabajar para proveer el sustento económico que éstas necesitan. Si usted no puede, entonces ellos tienen toda la razón para creer que no está en condiciones de casarse.

»¿Ha sido usted responsable y digno de confianza con relación a las visitas que ha tenido con su hija? ¿Ha demostrado que está preparado para cambiar sus prioridades a fin de que ocupe el primer lugar el bienestar de una esposa y de una hija? ... Su novia nunca va a poder convencerlos; es usted quien tiene que convencerlos, por medio de su carácter y su conducta.

»El apóstol Pablo nos dejó algunos indicios de cómo desarrollar la entereza de carácter. Él dijo: “El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.”1 En vez de tener la meta de casarse, le recomendamos más bien que se proponga desarrollar la entereza de carácter y el sentido de responsabilidad. Entonces podrá demostrar que sería un buen esposo para su novia.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 372.


1 Gá 5:22-23a