12 oct 17

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de nuestro puño y letra
Una nueva ética revolucionaria
por Carlos Rey

«Cuando Colón descubre América, dentro de su mentalidad visionaria prevalecen las tradiciones medievales. Está descubriendo lo nuevo, pero se le imponen las visiones y teorías antiguas. Cree que América es Cipango, o que nosotros somos la India, y por esa medievalidad todavía se llaman indios nuestros aborígenes. Pero contra esa victoria del pasado, la Corona, los reyes y sus navegantes imponen la otra verdad: que somos un nuevo mundo, y eso nuevo funda no sólo una nueva geografía del mundo sino una nueva edad.

»Luego, cuando los descubrimientos dan paso fundamentalmente a las conquistas, la tradición medieval, todavía viva, vuelve a imponerse en la empresa española, y se establece la esclavitud, o el servicio forzado o la “Encomienda”. Y otra vez la fuerza nueva, motivada por el cristianismo y sostenida y alentada por los reyes, se enfrenta con esa revivencia medieval exigiendo otro trato para el indio, decretando las leyes nuevas y empeñándose en una larga lucha por lo que hoy llamaríamos justicia social con el vencido. Actitud que nos revela la fuerza dinámica de los principios cristianos capaces de crear una situación completamente nueva y profundamente humanista, una ética nueva que establecía una ruptura con todo el pasado de la historia humana, ya que el sistema de esclavitud y servicio forzado del vencido —que hemos llamado feudal— no sólo era uso y costumbre de todo occidente sino también de los mismos indios en todas sus diversas culturas.

»Por esta razón fue difícil y llena de rebeldías la imposición de esa nueva ética que sorprendió tanto al español como al indio....

»Más que el yo —que fácilmente oprime o explota al tú— lo que el cristianismo quiere es forjar un nosotros unido por la palabra de Cristo, que es palabra de amor. Un nosotros ancho, un nosotros Patria, un nosotros fraterno....

»... porque cristiano comienza y termina significando amor.»1

Así se expresa Pablo Antonio Cuadra, director general del diario La Prensa y director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, en una ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de Educación en 1991, con relación al descubrimiento de América por parte del almirante Cristóbal Colón. ¡Qué bien que hace hincapié en la nueva ética del cristianismo! Si bien los conquistadores no dieron ejemplo de ella, lo cual perjudicó en extremo a los indígenas del nuevo mundo, eso no quiere decir que careciera de valor. Al contrario, esa ética habría sido realmente revolucionaria en todos los órdenes y sentidos si se hubiera llevado a la práctica desde el principio.

Es que tiene toda la razón el respetado ideólogo nicaragüense: Lo que aún desea el cristianismo es lo que deseaba su fundador. «Este mandamiento nuevo les doy —dijo Jesucristo—: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.»2 De modo que la nueva ética del cristianismo enseña que debemos amarnos al extremo de estar dispuestos a dar la vida el uno por el otro. ¡Qué increíble, y qué revolucionario, habría sido que la sorpresa mayor que se llevara el indio del nuevo mundo hubiera sido esa!


1 Pablo Antonio Cuadra, «Los valores cristianos en la educación y cultura nicaragüenses», ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de Educación, 24 octubre 91; y discurso de inauguración de la Universidad Católica «Redemptoris Mater», 1 marzo 93 (Managua, Nicaragua: Hispamer, 1993), pp. 32-33,17-18,40.
2 Jn 13:34