11 jul 17

imprimir
«Soy una decepción» para todos
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una jovencita que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:

«Este [año] ha sido muy difícil para mí. Además de que voy mal en la escuela, tengo problemas de depresión y de bipolaridad.... Tengo doce años y mucho dolor para mi edad. Me he intentado suicidar muchas veces porque soy una decepción para toda mi familia, mis amigos y mis seres queridos.

»En el segundo semestre, le pedí a Dios que me ayudara a ganar mi año escolar. Di todo de mí, y seguía igual. Ya se está acabando el año, y aún no veo respuesta alguna sino más problemas. No sé si decirle a mi familia lo que me pasa porque no sé cómo vayan a reaccionar. No confío en ningún integrante de mi familia, ni siquiera en mi mamá. Tengo miedo. Me siento como un error, y no sé qué hacer.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Nos conmueve mucho tu caso. ¡Cuánto sentimos lo que estás sufriendo! Nos alegramos de que nos lo hayas contado.

»Dices que tienes problemas de depresión y de bipolaridad. Al parecer te ha evaluado un médico, ya que nadie más cumple con los requisitos para hacer semejante diagnóstico. Cualquier médico que hubiera diagnosticado bipolaridad te habría recetado medicamentos para regular las sustancias químicas en el cerebro que causan ese trastorno. Pero no mencionas nada acerca de alguna receta médica. Si no estás tomando el medicamento indicado, entonces eso que te hace falta es la razón número uno de todos los problemas que estás afrontando, incluso en la escuela y cuando intentas suicidarte....

»Si de veras sufres de trastorno bipolar, entonces es posible que padezcas episodios maníacos en los que tu comportamiento es frenético y desenfrenado. Otras veces pudieras estar deprimida y no tener deseos de vivir. No tienes autoestima alguna, y hasta sufres de paranoia, sin poder confiar en nadie. Con semejantes altibajos sería casi imposible que te fuera bien en la escuela.

»Por último, crees que Dios no ha contestado tu oración. A veces Dios responde al poner en nuestros pensamientos soluciones posibles. A ti se te ocurrió pedirnos ayuda a nosotros. Tal vez esa fuera la respuesta de Dios. Y nosotros te estamos pidiendo a ti que consultes con tu médico, le cuentes todo lo que está pasando y todo lo que sientes, y tomes los medicamentos que él te recete. Haznos el favor de volver a comunicarte con nosotros y contarnos lo que haya sucedido. ¡Estamos muy interesados en ti!»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 449.