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Caso 468

Tengo seis años de casada, y tenemos dos hijos. Mi esposo es muy celoso. Trato de no hacerle caso, pero hay momentos que ya me cansa y me pongo a llorar por el enojo. Quiere que le cuente todo lo que hago durante el día, incluso quién me llamó y qué me dijo, y cuando no lo hago se molesta.

Consejo

Estimada amiga:

Casi siempre los celos son producto de la inseguridad. Su esposo necesita que le reafirme de continuo que lo ama y le está siendo fiel. Por alguna razón él no confía en el amor que usted le tiene.

¿Era él celoso cuando ustedes eran novios? De ser así, la causa de los celos pudiera tener que ver con alguna relación del pasado. ¿Le fue fiel la madre al padre de él? ¿Tuvo una mala experiencia con otra mujer antes de casarse con usted? Es posible que él no reconozca que esa experiencia pasada hace que espere que usted le sea infiel, tal como lo fue esa otra persona, a pesar de que usted no ha hecho nada que justifique semejante expectativa.

Si su esposo era celoso cuando ustedes eran novios, ¿cómo lo afrontó usted entonces? Optó por casarse con él a pesar de los celos, así que tuvo que haber pensado que podía resolver esa situación. ¿Qué hay ahora que sea diferente?

También es posible que su esposo apenas haya comenzado a manifestar esos celos hace poco. Si es así, ¿entonces qué ha cambiado? ¿Le ha dado usted razón alguna para que los tenga? ¿Hay algún otro aspecto de la vida de su esposo en que él se sienta amenazado, tal como en su trabajo? Si él siente que no tiene control absoluto de su propia vida, tal vez trate de controlarla a usted a fin de mantener algún dominio sobre algo en su vida.

Le sugerimos que trate de someterse al interrogatorio diario por algún tiempo (por lo menos dos o tres semanas) para ver si disminuyen los celos de su esposo. Cada día haga una lista de lo que usted hace durante el día y con quién habla por teléfono. Entréguele a él la lista tan pronto como le haga una pregunta. Deje que esa transparencia sirva para mostrarle que usted no le está ocultando nada. En vez de enojarse, coopere con él y cólmelo de dulzura.

Si esa táctica no le da resultado, le recomendamos consejería profesional. Los celos son un cáncer que puede destruir un buen matrimonio, y su esposo tal vez necesite esa ayuda para vencerlos. El comprender algunas razones por las que los siente quizá no contribuya a contener esos celos, pero bien pudiera darle a usted más paciencia para afrontarlos.

Debido a que los celos son tan destructivos, las Sagradas Escrituras los califican como pecado, junto con las borracheras y la inmoralidad sexual.1 Sin embargo, como Jesucristo, el Hijo de Dios, ya ha pagado el castigo eterno por todos nuestros pecados, su esposo sólo necesita pedirle a Dios que lo perdone y lo ayude. Lamentablemente, usted no puede hacer eso por su esposo. Él tendrá que acudir a Dios por su propia cuenta.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Gá 5:19-21

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