«Elogio lírico a la tortilla»

16 oct 2018

(Día Mundial de la Alimentación)

Tortilla, suave tortilla humilde,
humilde y simple como el agua,
huérfana de alabanzas,
como la vida misma de los parias.

¡Voy a cantarte!
Nadie te ha dicho nada,
nada....
Se le ha cantado al río,
al árbol,
al pájaro;
pero a ti,
a ti te han olvidado....

Estamos frente a frente:
Yo te contemplo extático....

Compañera inseparable de los pobres,
sangre de nuestra sangre,
vida de nuestra vida,
consuelo de los tristes,
muralla contra el hambre,
¡bendita seas!

Tu sabor es simple,
mas no es simple tu historia:

Yo he visto al indio nuestro
cómo se encorva para abrir el surco
sobre la tierra que se muestra indócil,
y cómo va regando la semilla
que luego con amor sepulta.
¿Después?

La ansiedad, la espera,
la zozobra continua...
Oraciones porque el agua caiga
sobre el campo reseco.
Por fin el agua se desprende,
próvida,
y el maíz revienta.
¡Nuevos cuidados
y oraciones nuevas!
El chapulín,
el viento...
¡La inquietud!...

Eres hija del maíz,
tortilla clara.
Estamos frente a frente
y no encuentro una voz para alabarte...
hija legítima del maíz del trópico,
de ese maíz tan blanco,
tan puro y fino
como los dientes de mi novia casta.

Tortilla:
Tú vas a la sierra
en el morral del indio
que se encamina a trabajar cual bestia,
tú en el bolsón del peregrino
y en la mochila del soldado fiero.
En las manos del mendigo tú eres vida,
y en las del poeta triste tú eres canto ... Por eso,
yo te contemplo extático....

Compañera inseparable de los pobres,
sangre de nuestra sangre,
sangre de nuestra vida,
consuelo de los tristes,
muralla contra el hambre,
¡bendita seas!
¡Sé bendita,
tortilla clara,
músculo y sangre de heroica raza!1

¡Quién sabe cuántos de los que leen y escuchan nuestros Mensajes a la Conciencia se identifiquen con estos versos del poeta hondureño Daniel Laínez, recordado como el poeta de los pobres!2 Sin duda su «Elogio lírico a la humildad de la tortilla», como se titula el poema, ha de evocar en algunos una buena dosis de nostalgia de sus raíces culturales.

Pero ¿quién hubiera pensado que pudiera hacerse una comparación tan apropiada entre el Hijo de Dios y la descripción de la tortilla a la que elogia Laínez? Lo cierto es que Jesucristo, quien se describió a sí mismo como «humilde de corazón», dijo que Dios lo había enviado al mundo como «el pan de vida». Al comienzo de sus intervenciones en público, Cristo dijo que había sido «ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres». De ahí que, luego de identificarse como «el pan que bajó del cielo», Cristo haya anunciado la buena noticia: «El que a mí viene nunca pasará hambre.» Por algo será que se le reconozca en términos generales como el Salvador del mundo, y en términos sociales como el Defensor de los pobres. Y gracias a Dios, tal como aseguró Cristo, todo el que coma de ese pan no sólo dejará de pasar hambre espiritual, sino que también vivirá para siempre.3

Más vale que todos nosotros, pobres o ricos, comamos cuanto antes de ese pan que Cristo vino a darnos.


1 Daniel Laínez, «Elogio lírico a la humildad de la tortilla» <http://litart.mforos.com/1192921/6763203-daniel-lainez/>; <http://www.angelfire.com/ca5/mas/cult/hond069.html> En línea 2 diciembre 2011.
2 Nahúm Valladares y Valladares, «Intelectuales capitalinos olvidados» <http://litart.mforos.com/1194896/6992034-intelectuales-capitalinos-olvidados/> En línea 5 diciembre 2011.
3 Mt 11:29; Jn 6:25-58; Lc 4:18 (cf. Is 61:1); Sal 14:6; 35:10; 76:9; 140:12; 147:6; Is 11:4; Jer 20:13
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