«El Olímpico»

23 may 2018

«Subió ... a [un autobús] de la ruta tres, cerca de su casa en Barranquilla, [Colombia,] con la intención de visitar a uno de sus cinco hijos. [Al] entregarle un billete de dos mil pesos al conductor, éste... frenó en seco el vehículo, le regresó el dinero y, emocionado, le dijo a gritos:

»­—¡Yo siempre me he querido tomar una foto con usted!

»... Se sonrojó, más que con las palabras, por las miradas de las señoras pasajeras.... Un hombre de unos sesenta años, sentado en la última banca, empezó a contar su hazaña. “Este hombre —dijo— es el único que ha convertido un gol olímpico en la historia de los mundiales de fútbol de mayores... Fue en Arica (Chile) en 1962, y se lo hizo al mejor portero del mundo en ese momento, el ruso Lev Yashin, la famosa ‘Araña Negra’... Fue en nuestro glorioso empate 4-4 con Rusia...”

»... Marcos Tulio Coll Tesillo recuerda esa muestra de cariño... por ese gol inolvidable, de la tarde de ese 3 de junio, que siempre permanece en su mente.

»“Nosotros perdimos 2-1 el primer partido del grupo I ante Uruguay... [En] el juego contra Rusia... que llegó como favorito para arrollarnos y ganar el Mundial, el primer tiempo terminó 3-1... Contrario a lo que la gente piensa, no hubo regaño en el descanso. El maestro (Adolfo) Pedernera, un sabio argentino del fútbol... nos dijo que no jugáramos al choque. Dijo que jugáramos como lo hacía Colombia: con fútbol de toque, gambetas y todo lo demás. Sin embargo, comenzando el segundo tiempo, en el toque-toque nuestro, llegó el cuarto [gol] de ellos....

”Un ataque nuestro [terminó] en tiro de esquina por el costado izquierdo. Yo era el encargado de pegarle desde ese lado.... Yo le pegaba bien, con chanfle. Pero era el primero que iba a cobrar en ese partido. En el campo no estaba Delio Gamboa, que era un cabeceador. Entonces pensé en cobrar a media altura, con chanfle, para ver qué pasaba... Esperaba un borbollón y que el rebote lo tomara Antonio Rada, que le pegaba con fuerza a la pelota. Y la pelota se fue...”

»Coll se levanta de la silla. Y, graficando un arco imaginario, gira su cuerpo hacia el campo, permitiendo que la pelota ingrese... Cuenta que siguió la trayectoria y sabía que había entrado. Vio a Yashin reclamando... a su compañero Cokheli. Trotando se dirigió al centro de la cancha. Entonces encontró una celebración ruidosa, extraña en aquellos tiempos. El primero que llegó eufórico a felicitarlo fue Marino Klinger.

»“Rusia perdió el control con ese gol. Fue una sinfonía de fútbol para Colombia. Empatamos 4-4.... Ese gol sirvió para que el mundo conociera que había un país llamado Colombia. Yo nunca intenté marcar un gol olímpico. Ni antes, ni ese día ni después. Pienso que es difícil. Por eso creo que ese gol fue obra de Dios.”»

Con ese reportaje, fruto de una entrevista que hizo en el año 2010, contribuye el periodista colombiano Estéwil Quesada Fernández a inmortalizar la hazaña de su coterráneo Marcos Coll, hijo de Elías Coll Tara, el primer árbitro FIFA de Colombia. «A Marcos no le incomoda que lo llamen “El Olímpico”, el apodo que mató desde 1962 su nombre de pila», concluye el cronista deportivo. Pero sí lamenta no haber guardado el zapato derecho negro número 40 con que marcó aquel gol único en el mundo,1 sin duda porque representaba para Marcos una de las inolvidables obras de Dios en su vida como hijo suyo.2


1 Estéwil Quesada Fernández, «El único hombre que ha marcado un gol olímpico en los mundiales», Revista DonJuan, 12 mayo 2010 <http://www.revistadonjuan.com/maestro/ el-unico-hombre-que-ha-marcado-un-gol-olimpico-en-los-mundiales/7705313> En línea 7 diciembre 2013.
2 Olga Lucía Barona Torres, «Marcos Coll: “El gol olímpico me inmortalizó”» El Espectador, 29 mayo 2012 <http://www.elespectador.com/impreso/deportes/ articulo-349719-marcos-coll-el-gol-olimpico-me-inmortalizo> En línea 7 diciembre 2013.
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