La mayor satisfacción de Saprissa

20 jun 2018

«En vida, Ricardo Saprissa Aymá recibió un sinnúmero de homenajes reconociendo su trayectoria deportiva. Estando todavía en España, el deporte catalán realizó una serie de encuentros de tenis, fútbol, hockey sobre pasto y béisbol en su honor. Ya en suelo costarricense, si bien el más significativo se produjo en los primeros meses de 1966, cuando el Presidente de la República, Francisco J. Orlich, le nombró Insigne Deportista, y tres años después fue incorporado a la Galería del Deporte Costarricense como miembro fundador, para don Ricardo el máximo reconocimiento recibido en toda su vida había sido que el estadio [en San José, Costa Rica] llevara su nombre. Ese era su mayor orgullo....

»Aunque la obra no llegaría a terminarse del todo por falta de recursos, se convertiría en uno de los principales estadios de Centroamérica.... Para don Ricardo era importante que el estadio no tuviera pista olímpica, que los aficionados estuvieran prácticamente encima de los jugadores para meterle presión al equipo visitante, algo que había experimentado de sobra cuando defendía los colores del Español de Barcelona en el estadio Sarriá.

»No tenía idea hasta qué punto ese detalle convertiría al estadio Ricardo Saprissa en una sede sólida para la selección nacional en las eliminatorias mundialistas, y para el mismo Deportivo Saprissa en los torneos locales y de la CONCACAF....

»Tras su muerte [en 1990], surgieron algunas iniciativas para otorgarle el grado de Benemérito de la Patria.... El primer proyecto... [dice, entre otras cosas:]

»“Al recordarlo, se le describe como un hombre perseverante, sereno y humilde, lleno de paz [y de] amor, y visionario. Fundamentó, como uno de los principales pioneros en el deporte costarricense, las ligas menores, donde los niños a temprana edad se preparaban desde ‘mosquitos’ pasando por todo el proceso de ligas menores, hasta llegar a ser las estrellas de la primera división.

»”Nunca se interesó por el dinero, porque la satisfacción para don Ricardo fue su ferviente sentimiento de la labor cumplida. ¿No es ese acaso el propósito del hombre en su paso por la tierra? Los hombres fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. ¿Por qué nos cuesta tanto entonces cumplir con nuestro destino? se preguntaba.”»1

Estos pasajes tomados de la biografía escrita por el costarricense José Antonio Pastor Pacheco, titulada Ricardo Saprissa, el campeón total: Su vida y legado, nos llevan a pensar que, al empeñarse en construir un estadio en que los espectadores en las gradas estuvieran muy cerca de los jugadores en la cancha, don Ricardo no hacía más que seguir el ejemplo de su Creador. Pues Dios se empeñó en que el lema de las Sagradas Escrituras, en las que se relata el desarrollo de su plan maestro para la humanidad, fuera la frase «Dios con nosotros»,2 la cual personificó al ponerle por nombre Emanuel a su Hijo Jesucristo cuando lo envió al mundo a vivir entre nosotros.3 Y lo hizo precisamente porque Él no quería ser un espectador alejado de su creación sino siempre estar cerca de cada uno que se lo permitiera en el campo de juego de la vida.


1 José Antonio Pastor Pacheco, Ricardo Saprissa, el campeón total: Su vida y legado (San José, Costa Rica: Ediciones Jadine, 2010), pp. 106,109,100.
2 Gn 48:21; Dt 2:7; 1S 16:18; 18:14,28; 1R 8:56; 1Cr 11:10; 22:18; 2Cr 15:2; Sal 23:4; 46:7,11; Is 7:14; Jer 42:11; Am 5:14; Hag 1:13; 2:4; Zac 8:23; Mt 1:23; 28:20; Jn 14:16-17
3 Is 7:14; Mt 1:23
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